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Chile y OOXML (interludio): ¿Sabía usted que?…

lunes 24 de marzo, 2008

…La CCE, la organización que tiene la presidencia del comité que decidirá (¿decidió?) el voto de Chile sobre OOXML, y cuyo presidente fue el único representante de Chile en el BRM en Ginebra, no solo:

  1. Lista a Microsoft como uno de sus miembros
  2. Tenía hasta hace poco a un ejecutivo de Microsoft en su directorio

sino que es una de solo tres instituciones Chilenas (las otras dos son empresas) que son miembros de OpenXMLCommunity.org, una «comunidad» creada y administrada por Microsoft y que se define como:

«…un grupo de instituciones públicas, empresas, profesionales, académicos y desarrolladores que apoyan OOXML y su aprobación como un estándar ISO»

¿Conflicto de interés?¿Que creen ustedes?

ooxml-community.png

Chile y OOXML (Parte III): El voto de Chile en Ginebra

lunes 03 de marzo, 2008

(Esta es la tercera parte de una serie de artículos documentando la participación de Chile en el proceso que está intentando estandarizar OOXML. Acá esta la primera y segunda entrega, y otros artículos sobre OOXML).

No hay plazo que no se cumpla, ni deuda que no se pague, dicen por ahí. Y el viernes pasado, el plazo para resolver los miles de comentarios presentados a OOXML se cumplió en Ginebra. A medida que los delegados vuelven a sus respectivos países, los antecedentes de lo que sucedió en Suiza salen a la luz. Y como era de esperarse, la delegación (de uno) enviada por Chile cumplió un rol fundamental en el resultado de la reunión.

La Reunión de Voto Resolutivo (o Ballot Resolution Meeting – BRM en inglés) tenía apenas 5 días para lidiar con 1027 respuestas dadas por ECMA y Microsoft a los 3522 comentarios presentados por todas las delegaciones (incluidos 207 de Chile). Como bien apunta Rob Weir, eso significa que había menos de 2 minutos para discutir cada una de las respuestas.

Como podrán adivinar, 2 minutos por comentario resultaron ser completamente insuficientes, y llegado el día viernes, más del 80% de los comentarios ni siquiera habían sido discutidos, y mucho menos resueltos. Enfrentados a esta situación, los organizadores de la reunión propusieron un voto final, que permitiría que los comentarios fueran aprobados en masa, sin discusión alguna. Sin duda, este procedimiento viola el espíritu de la reunión, que es la de discutir y resolver los problemas que puede tener OOXML como estándar, además de reglas específicas que indican que este tipo de resoluciones deben llevarse a cabo por consenso.

Peor aún, el procedimiento que se aprobó durante la reunión removió el requerimiento de que las respuestas de ECMA/Microsoft se aprobarán con un mínimo de votos.

Y el viernes, los votos fueron anunciados. La mayoría de las delegaciones decidió abstenerse, cuatro países votaron por rechazar los comentarios en masa (India, Malasia, África del Sur y Estados Unidos)…y solo 5 países votaron por aprobar los comentarios en masa: Costa de Marfil, Noruega, Finlandia, la República Checa y… Chile.

Este no es, como ya he comentado antes, el voto final de Chile, que como otras organizaciones nacionales tiene 30 días para mantener o cambiar el voto emitido en Septiembre, que en nuestro caso fue de abstención. Pero el hecho de que el delegado de Chile haya decidido darle un cheque en blanco a ECMA al aprobar cientos de comentarios que no se habían discutido es tremendamente preocupante.

Al final, lo que ha revelado este proceso, en Chile y en la ISO, es la fragilidad de las instituciones que deben lidiar con procesos de estandarización. En Chile, esa fragilidad se ha expresado en una incapacidad para llevar a cabo un proceso independiente de evaluación de OOXML, que llevó al insólito resultado de enviar a Ginebra a un único delegado con claros conflictos de interés, y que el viernes pasado ha votado por aprobar en masa un texto que no había sido discutido (y esta discusión era el objetivo principal de la reunión). A nivel internacional, esta fragilidad se expresó en la incapacidad de la ISO de resistir la presiones para llegar a una resolución rápida. Como declaró uno de los asistentes (traducción libre, como siempre):

El proceso fue una completa mierda, total y sin alterar. No soy un experto en la ISO, pero para lo que sea que este proceso de «Fast Track» [via rápida] fue diseñado, seguro que no fue esto. Simplemente no se puede revisar seis mil páginas de una especificación profundamente compleja en el tiempo que fue provisto para el proceso. Esto es cierto en el caso en que estemos hablando de los meses entre el voto y el momento en que las Respuestas [de ECMA] estuvieron disponibles, las semanas entre cuando llegaron las Respuestas y el BRM, o las horas en la sala del BRM.

A medida que el tiempo se fue acabando hubo una desilusión real por no tener tiempo para estudiar las propuestas; algunas de ellas, en mi opinión, eran cosas que podrían haber ayudado [a mejorar] la calidad del borrador [de la especificación].

Este fue un horrible, e insólito, abuso del proceso y en la ISO deberían estar avergonzados por dejar que esto sucediera. Su reputación, en mi opinión, esta destrozada. Mi opinión de ECMA ya era muy negativa; esto no la mejorado, y si ISO no se las arregla para encontrar una forma de deshacerse de esta sanguijuela tóxica, este tipo de abuso seguirá sucediendo.

Y así estamos. La insistencia de Microsoft de aprobar OOXML como estándar a cualquier precio, utilizando el proceso de vía rápida y otras tácticas lamentables, no solo arriesga que terminemos con un estándar inferior cuyo único objetivo es mantener la posición monopólica de una empresa, sino que ha dañado el proceso de estandarización que nos entrega herramientas fundamentales para el desarrollo tecnológico y la interoperatividad.

Lamentablemente, el papel de Chile en el proceso ha dejado mucho que desear. Desde la elección de la CCE como el organismo a dirigir el proceso hasta la elección de su presidente como delegado de Chile, hemos fallado en tomarnos el tema en serio y ahora estamos jugando un papel bastante vergonzoso. Y en menos de treinta días nuestro país va a emitir un voto final. ¿Predicciones?

Chile y OOXML: Crónica de un Voto Anunciado (Parte II)

miércoles 27 de febrero, 2008

Como ya es bien sabido, OOXML, el formato de oficina creado por Microsoft, fue rechazado – en primera instancia – como estándar ISO 29300. Esta semana, representantes de organizaciones de normalización de todo el mundo están discutiendo en Ginebra, Suiza, los comentarios presentados que llevaron al rechazo inicial en Septiembre del año pasado, en miras a una segunda votación que será llevada a cabo hasta finales de Marzo. El representante que Chile eligió enviar a Ginebra – quizás el trabajo más importante en todo este proceso – nos debería decir mucho como se ha conducido este proceso, y cuál será el voto de Chile. Pero vamos por partes.

Aunque no tengo acceso a los memos internos de Microsoft, está claro que la estrategia general de la empresa para lograr la aprobación de OOXML incluía, al menos, estos elementos:

  1. Si el país ya tenía participación activa en JCT1, el comité de ISO a cargo de la decisión sobre OOXML, intentar asegurar un voto positivo
  2. Si el país no era participante activo (esto es, un país Observante, y no Participante, como el caso de Chile), incentivar a que el país en cuestión cambiara su membresía.
  3. Asegurar una votación positiva en los comités nacionales al incorporar actores amigables a Microsoft

Aunque Microsoft tuvo cuidado de no aparecer impulsando esta estrategia en una manera pública, de forma de preservar la independencia del proceso, los antecedentes se acumularon rápidamente: llamadas personales de Bill Gates al ministro correspondiente en EEUU, ofertas de compensación por votos afirmativos en Suecia, irregularidades en la composición del comité nacional en Portugal, y un largo etc.

En Chile, la organización llamada a llevar a cabo esta estrategia fue la Cámara de Comercio Electrónico. No es casualidad que fuera la CCE la que le ofreció recursos al Instituto Nacional de Normalización (la organización que representa a Chile ante la ISO) para que cambiara su membresía en la ISO, y para que formara un «comité espejo» que evaluara el voto de Chile sobre OOXML, que con el cambio tendría mucho más peso. Aunque el voto inicial había sido aprobar, denuncias públicas parecieron resultar en que el INN cambiara su voto a abstención en la primera ronda de votación en Septiembre.

Y después de meses de trabajo, cuando llegó el momento de elegir a la comitiva que representaría a Chile en Ginebra para la segunda ronda, el comité espejo hizo una elección que en otra circunstancias hubiera sido la lógica: la CCE, al ser consultada, me ha comunicado que el comité decidió enviar a Carlos Recabarren, presidente del comité espejo.

El que sea el presidente del comité nos represente no sería, normalmente, ningún problema. Lo que si lo es es que Carlos Recabarren es también presidente de la CCE, una organización gremial de la cuál Microsoft es miembro y cuya misión – no muy sorprendentemente – es la de «defender los intereses del sector y sus asociados». Como ya comenté antes, la posición de la CCE con respecto a OOXML es bien clara, y fue publicada en su sitio por muchos meses antes de la votación de Septiembre pasado.

Cuando el INN delegó la secretaría ejecutiva a la CCE, muchos apuntamos que dada la naturaleza de la CCE esto generaba un conflicto de interés que no es fácil de resolver: después de todo, José Antonio Barriga, CTO de Microsoft en Chile, es parte del directorio de la CCE… ¿o no?

Mientras investigaba los antecedentes para este artículo, me encontré con una tremenda sorpresa: desde que el papel de la CCE en el voto de Chile fuera denunciado (algo exageradamente, es cierto) en Liberación Digital, la CCE ha silenciosamente removido a José Antonio Barriga de su lista de directores:

miembros_ccechile.png

Aunque no conozco el motivo de este cambio, no parece casualidad que Barriga ya no aparezca listado como una autoridad de la CCE meras semanas después de que su rol en esa organización haya creado dudas sobre el proceso de decisión del voto de Chile.

Y el problema con que Recabarren (y por lo tanto, la CCE) sea nuestro representante es simple, pero vale la pena decirlo una vez más: Cuando vuelva de Ginebra, presente su informe sobre lo que pasó en la reunión y haga una recomendación para el voto de Chile… ¿lo hará con el «manto» de presidente de la CCE, cuya misión es defender los intereses de sus miembros (Microsoft) o como representante del INN (y de Chile) ante un organismo internacional?

¿Que piensan ustedes?

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