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La Muerte de la Prensa vs. la Muerte de un Diario

viernes 16 de octubre, 2009

En el Circobit #12 que dedicamos a los problemas de la prensa en internet, comentaba que cuando hablamos de «la crisis de la prensa» es importante hacer la distinción, cuando surge una nueva tecnología, entre amenazas a una actividad que creemos tiene un valor social como lo es la prensa, y las amenazas a actores individuales dentro de los medios. Y como ejemplo, preguntaba si nos debería preocupar si, por ejemplo, El Mercurio dejara de existir, aplastado por su incapacidad de adaptarse a los nuevos tiempos, mientras medios nuevos como El Mostrador surgiera como un coloso de la prensa nacional.

Editor & Publisher

Y como un apéndice a esa conversación llega una noticia que creo es bien impresionante: el Huffington Post, un diario electrónico de corte progresista, ha superado por primera vez las estadísticas de visitas únicas de nada menos que el Washington Post, uno de los decanos de la prensa norteamericana. El HP llegó a tener el envidiable número de 9.2 Millones de visitas mensuales, 26% más que el año pasado, mientras el WaPo (como lo conocen por esos lares) ha bajado 30% en ese mismo periodo. Aunque el rey de la prensa escrita en internet sigue siendo el New York Times, creo que habla a gritos el hecho de que un diario que comenzó a circular en 1877 y tiene más premios que estanterías para mostrarlos se encuentre amenazado no solo por blogs o twitter – la cultura amateur, digamos – sino por otro periódico digital al parecer más dinámico y mas a tono con los tiempos.

No son pocos los que piensan que la calidad del  WaPo ha decaído bastante en los últimos años, y por lo tanto pareciera que la caída en visitas y el surgimiento de alternativas no debería sorprendernos. Las lecciones de esta historia parecieran ser dos: no por ser un medio tradicional con una historia gloriosa y tremenda reputación tendrás garantías en un nuevo mundo digital y, segundo – y menos obvio, el éxito de medios hasta ahora más pequeños, nacidos y criados en internet, está demostrando que no es la prensa la que está en peligro en internet, sino una forma de hacer periodismo en la red.

Terapia Chilensis y los Blogs

jueves 12 de marzo, 2009

Gracias al artículo en las Curvas y el addendum de Miguel, tuve el dudoso placer de escuchar a Eugenio Tironi discutir con Fernando Villegas y Hector Soto en Terapia Chilensis. Fue un programa realmente mágico. Como un viaje en el tiempo, al 2003, cuando todavía la mayoría de la gente no tenía ni la más pajara idea de lo que es un blog.

Ya Montserrat documentó el clasismo, el sociologismo fácil y la suprema ignorancia ((«¡Hay cientos de blogs!», dice Villegas con autoridad)) que exhibieron estos famosos de los medios criollos. Y como dice Miguel, al centro de esta discusión esta la sorpresa de ciertos personajes públicos sienten cuando descubren que a alguna gente (ex-inquilinos de fundo, como dicen los comentaristas) simplemente no le gusta lo que escriben.

Por otro lado, es entendible que estos muchachos hayan terminado en una diatriba de media hora sobre los horrores de la Internet moderna. Los panelistas – todos de la misma opinión – fueron cayendo en interpretaciones cada vez más torpes,  con Villegas, fuera de control, comparando a los comentaristas de El Mercurio de Nazis en formación y prediciendo el descalabro social que se viene. Ridículo, pero entendible: después de escuchar el programa, queda claro que estos ilustres personajes son demasiado flojos para hacer el mínimo esfuerzo para prepararse para su programa, y se quedan con lo que saben: la sección de comentarios de El Mercurio y La Tercera. Y con la desfachatez que solo se la pueden dar ciertos comentaristas de la realidad nacional, los terapistas deciden extrapolar ese minúsculo conocimiento a toda la red.

Pero en algo tienen razón: ambos medios son una fábrica de trolls, como cualquier persona que  haya visitado esos ilustres medios sabe. Y así, Tironi y Cía. han descubierto lo que cualquier blog muy famoso o organización de noticias sabe: que si los comentarios no se moderan, los blogs sufren un proceso de trolleización ((Obviamente, blogs más pequeños pueden controlar trolls en pequeñas cantidades, y no se requiere mucha moderación.)) , en que poco a poco los elementos más fanáticos, más intolerantes, a los que les gusta discutir con los oídos tapados, empiezan a dominar la discusión y peor, a desplazar a la gente que tiene un interés auténtico en el diálogo. Eso es exactamente lo que ha pasado en EMOL y en La Tercera. Hay que tener paciencia y una sensibilidad a prueba de balas para comentar (que decir escribir un artículo) porque la banda de trolls que habita esos medios se aseguran que el tono sea de insultar al autor para abajo.

Enfrentado con la alternativa de la trolleización o el moderar comentarios, muchos medios han decidido lo obvio, que es usar el botón «borrar» para asegurarse que la conversación tenga un grado mínimo de civilidad. Uno de los blogs del New York Times, por ejemplo, explica a sus lectores las 10 razones más comunes para borrar comentarios, que incluyen:

  1. Le dijiste a alguien que era un idiota, un imbécil, un pelutodo, un tonto, o algo más que no es muy educado. Por favor, nada de ataques personales o insultos.
  2. Usaste vulgaridades. Nuestras reglas prohíben incluso vulgaridades suaves que son comunes en la televisión y en la red. … . Sabemos que la gente habla de esta forma todos los días, incluso en nuestras oficinas, pero ciertas palabras todavía ofenden y provocan rabia a mucha gente, o al menos hace que sea menos probable que volverán a visitarnos. Si no lo dirías en frente de tu madre, un cura o un niño de 5 años, píensalo dos veces antes de decirlo acá. Eso incluye malas palabras disfrazadas o veladas que combinan que contienen letras y símbolos. Ni siquiera lo pienses.
  3. Falta de coherencia o incapacidad de comentar sobre el tema en discusión. La gramática, la lógica, o el deletreo de las palabas estaba tan confundida que simplemente no pudimos entender  lo que estabas tratando de decir, o no tenía nada que ver con el artículo.
  4. Repetición: si mucha gente ya ha dicho algo, por favor no lo digas de nuevo. No re-publiques tu comentario en varios artículos. Y si has publicado en un artículo, dale una oportunidad a otros. Si estás teniendo una discusión extendida con algun otro lector, quizás tendremos que detenerlos si están ahuyentando a los demas.
  5. GRITASTE CON MAYÚSCULAS. OTROS LECTORES CONSIDERAN ESTO MOLESTO.
  6. Tu comentario fue muy largo. No tenemos un límite de palabras pero un ensayo largo y que sigue sin parar le toma mucho tiempo a los moderadores y es una prueba de paciencia para otros lectores.

Y no son solo los medios tradicionales los que tienen una política de comentarios. Boing Boing, quizás el blog más popular del mundo, tiene una política de comentarios llena de mecanismos para deshacerse de trolls. Vale la pena leerla.

Y he aquí, entonces,  el quid del asunto: no es el anonimato, ni el resentimiento de clases, ni la dictadura lo que explica el odio y resentimiento en los medios que ellos leen. El problema es que los medios mismos han creado una comunidad que atrae a esos elementos más intolerantes de la red. Es como si uno instalara un bar, dejara que todo el mundo tomara lo que quisiera, y después se quejara de que el país está lleno de borrachos.

Como primera cosa, entonces, valdría la pena que los terapistas vieran este videíto, para ahorrarles el trabajo de prepararse para su próximo programa sobre los blogs, y para que vean que no es tan terrible la cosa:

Y en segundo lugar, les recomendaría que en vez de angustiarse tanto por lo que significa para el estado del país tener un blog infestado de trolls, llamarán a Agustín Edwards y le pidan que hagan respetar de una vez por todas sus términos de uso.

Y para mis estimados lectores, que debo decir que prácticamente siempre se han caracterizado por dejar comentarios mostrando mucho respeto por el autor y otros lectores, les dejo esta seleccion con lo mejor de Terapia Chilensis (en inglés, lamentablemente):

Habas e Ignorancia Digital

viernes 13 de junio, 2008

No he comentado mucho sobre la ahora tristemente famosa frase del ministro Vidal confesando su analfabetismo digital. En parte, porque en realidad no me parece tan importante que el vocero del gobierno no sepa mucho de computación. Si ante el desastre en Chaitén el ministro hubiera dicho, por ejemplo: «Yo de volcanes no sé nada. Apenas sé que hay algo que se llama lava. Soy un analfabeto de la geología», dudo que alguien se hubiera sorprendido. Para eso hay otra gente en el aparato estatal que sí sabe, y que son los que dan los consejos respectivos o toman las decisiones en terreno.

Pero como pasa a menudo en política, no es el hecho en sí lo que cuenta, sino la percepción que crea. Como la red esta llena de geeks y no de volcanólogos (aunque no faltan los vulcanos), al Ministro Vidal y a otros políticos de la generación pre-Internet (y pre-PCs, pre-televisión a color y en algunos casos televisión a secas) ya no les sale gratis políticamente su ignorancia. John McCain, el candidato republicano a la presidencia de EEUU, describía hace unos días el proceso de seleccionar su candidato a la vice-presidencia:

Vamos a pasar por un proceso donde obtenemos varios nombres, y tú… Bueno, es basicamente, es un Google. Lo que haces es, tu sabes, lo que puedes encontrar en Internet. Es fantástico, sabes».

Y en una entrevista unos días después, alguien le pregunto si usaba un PC o un Mac. La respuesta:

Ninguno de los dos. Soy un analfabeto que tengo que depender de mi esposa para toda la ayuda que puedo obtneer.

Suena como que estas habas se cuecen en muchas partes. Y obviamente, las reacciones no faltaron:

Quien hubiera dicho que John McCain y Francisco Vidal tienen algo en común. Así que ya sabe, señor político. Si usted asocia «Mac» con una hamburgesa, «PC» con un partido político o cree que «las Internets» es una serie de tubos, recuerde las palabras de Lincoln: «Es mejor quedarse callado y que la gente piense que eres estúpido que hablar y remover cualquier duda».

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