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Obras Huérfanas, o la «Larga Cola» de la Cultura

domingo 03 de diciembre, 2006

En esta serie de artículos sobre los Derechos de Autor, Claudio y yo hemos estado comentando distintos aspectos sobre la relación entre las leyes que regulan el quehacer de los «creadores» y la cultura en general. Quizás las dos conclusiones más importantes que uno puede sacar de esos primeros artículos es que para ser efectivo, los Derechos de Autor tienen que ser un balance entre la necesidad de los autores de ser reconocidos (y, uno diría, ser remunerados) y por otro lado, la importancia de que las obras que generan estén disponibles para uso de todos, en forma restringida, de forma que la cultura de enriquezca.

Las protecciones que reciben los creadores, decíamos antes, son limitadas. No solo porque hay excepciones al control que un autor tiene sobre su obra, sino que además estos derechos no duran para siempre. En Chile, por ejemplo, la protección se extiende por toda la vida del autor más 70 años, o 70 años para programas computacionales creados «a contrata» [1]. En EEUU, el primer plazo solía ser 50 años, y el segundo, que era de 75 años, se aplicaba a todo trabajo a contrata (no solo a programas computacionales).

steamboat-willie.jpg

Mickey Mouse, cuando el mundo era en B&N

Pero en 1998, EEUU aprobó una ley llamada informalmente el «Acta de Protección del Ratón Mickey», que extendió los plazos a personas a la vida + 70 años (sin duda, para estar en armonía con Chile) y a 95 años para los autores «corporativos» (trabajos hechos a contrata). El apodo a la ley (llamada oficialmente el «Acta de Extensión de Derechos de Autor de 1998«) se debe a que Disney abogó por su creación, preocupada de que las primeras películas de Mickey iban a pasar al dominio público el 2000. El Congreso estadounidense se ocupo de solucionar ese problemita.

¿Y esto que debería importarnos? Por un lado, pensemos en esas obras de teatro que uno puede ir a ver al parque, o un concierto de una orquesta de aficionados. Uno puede ir a ver «Hamlet» o escuchar a Mozart en parte porque esas obras son parte de la herencia cultural de todos. Extensiones excesivas de los plazos de Derechos de Autor llevan a que obras que podrían enriquecer este «dominio público» no lo hagan… por generaciones. Eso limita la creación cultural porque la creatividad (de cualquier tipo) no ocurre en el vacío. Mientras más rico el dominio público, más posibilidades tenemos de tener una cultura más viva.

Ese no es el único problema, sin embargo. La cultura tiene una «Larga Cola» (la Long Tail de la que habla Anderson). Es decir, hay unos pocos que son tremendamente exitosos en el sentido comercial, y millones de otros que crean unas pocas obras de mediano o poco impacto. A medida que pasa el tiempo, muchas de esas obras pasan a ser obras huérfanas, es decir, obras cuyos autores murieron sin herederos, o donde hay dudas de quienes son los titulares.

Toda esa «Long Tail» de la cultura pasada esta en peligro de perderse hoy, por un lado porque no tenemos mecanismos para lidiar con el problema, sino también porque, empujados por tratados bilaterales como los que firmamos con EEUU, estamos creando un sistema legal mundial que tiende a responder a los intereses de las grandes empresas como Disney.

Esto sería un problema triste en cualquier época, pero lo es especialmente en la era digital. Hoy, tenemos la capacidad técnica de poner muchísimos tipos de obras (al menos todo lo escrito y la música) en medios físicos que, con cuidado, pueden preservar la obra original… ¡para siempre!

¿Se imaginan si pudiéramos tener una grabación de un concierto dirigido por Beethoven, o un discurso de Simón Bolívar? Claro, en esos casos la tecnología no existía, pero la ironía de hoy es que al mismo tiempo que estamos construyendo herramientas fantásticas para la preservación de todo el conocimiento humano, estamos cambiando las leyes de forma que sea más y más difícil preservar esas obras. Es posible que en siglos por venir nuestros descendientes miren con espanto el como malgastamos una oportunidad de oro para conservar las obras audiovisuales de comienzos de la grabación «analógica», con la triste excusa de que Disney pudiera ganar dinero con una película de 1923 del Ratón Mickey.

Sin embargo, no hay razón por la que las malas decisiones de EEUU se deban propagar a otros lares. Una propuesta de alargar los periodos de los derechos de autor en Gran Bretaña será aparentemente rechazada, y Chile ha expresado interés de ser un líder al llamar por la protección del Dominio Público. Esos son primeros buenos pasos, y esperemos que no sean los últimos.

[1] Sospecho que mi lectura de la ley Chilena no es completamente adecuada, y que otros trabajos, no solo programas, pueden caer en esta categoría.

(Imagen de «Steamboat Willie» sacada de Wikipedia)

¿Que es ‘The Long Tail’? (Parte II)

domingo 20 de agosto, 2006

En la [primera parte sobre The Long Tail](http://eldiabloenlosdetalles.net/2006/08/16/%c2%bfque-es-the-long-tail-parte-i/), les contaba sobre esta idea simple y potente de Chris Anderson: Cuando poner un producto en una vitrina es efectivamente gratis, uno descubre que incluso las cosas más esotéricas venden. Internet provee esa «vitrina virtual» que es efectivamente infinita y de bajo costo. Y la suma de todos esos productos que no son muy populares constituyen una «Larga Cola» del mercado, que es muy importante para explicar el éxito de las nuevas empresas de Internet como Amazon e eBay. ¿Donde más podemos encontrar estas «Long Tails», dentro y fuera del mercado? Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes:

La Larga Cola del mercado: No solo de Amazon vive el hombre (o la mujer).

Ya los había mencionado. La gracia de iTunes (no, no uso iTunes, pero esa es otra historia) no es solo que uno tiene acceso a canciones individuales por US$0.99, o que son archivos digitales, sino también que [iTunes](http://www.apple.com/itunes/), [Rhapsody](http://www.real.com/dmm/rhapsody/) o [AllofMP3](http://allofmp3.com/) tienen un inventario que es ridículamente gigantesco. Porque el precio de espacio en un disco duro es tan poco, estas empresas se pueden dar el lujo de tener artistas cuyos temas se venderán poco. Pero, sorpresa, sorpresa, el dueño de Rhapsody nos dice que más del 99% de sus 1.000.000 de canciones se venden al menos una vez cada 3 o 4 meses. Lo mismo pasa con las más de 60.000 películas que están disponibles a través de Netflix.

El mensaje es claro: si eres un empresario inteligente, la nueva economía es la de los nichos y lo especializado.

La Larga Cola de la red: la blogósfera

Hoy, según technorati, el [blog más popular](http://technorati.com/pop/blogs/) es… [Engadget](http://www.engadget.com/), que tiene más de 25000 links apuntando a su sitio. Otros en la lista de los blogs más populares son los sospechosos de siempre, como [BoingBoing](http://www.boingboing.net/) y los blogs políticos de EEUU. Y además de esos links, reciben también cientos de miles de visitas diarias.

Pero todo el mundo sabe que hay una larga «Cola» de blogs, que están constituidos por los otros 50 millones de blogs en [Technorati](http://technorati.com). Y aunque muchos están pendientes de los blogs más populares, es bastante sorprendente que el blog más popular solo consigue 25000 links, ¿no? Eso demuestra que hay muchas otras conversaciones y discusiones que no tienen nada que ver con las súper-estrellas de la blogósfera. El resto de nosotros, que estamos entre los 100000/200000 blogs más populares en technorati (debido a la forma de la curva de popularidad, es muy fácil moverse desde el blog numero 50 millones a 100000. De 100000 a 100… no tanto :)), tenemos discusiones propias, de nichos, de problemas más específicos, que reflejan mucho mejor la diversidad de pensamiento de una comunidad. De ahí que hablar de ‘la blogósfera’, es bien ridículo, y más bien uno debería hablar de ‘mi blogósfera’.

Por si quedan dudas, aquí esta uno de los gráficos de [Clay Shirky](http://www.shirky.com/writings/powerlaw_weblog.html) que inspiró a Chris Anderson a explorar «The Long Tail»:

Fuente: Sitio Web de Clay Shirky

En la horizontal, blogs ordenados por popularidad, y la vertical, el número de links que apuntan a ese blog. O sea, unos pocos se llevan casi toda la torta… pero la suma de la gran mayoría que tiene pocos lectores y un poco de la atención , y eso significa que en los blogs pequeños la conversación ocurre a escala humana. BoingBoing esta mucho más cercano a una revista de tecnología como Wired que lo es a un pequeño blog como el que donde estás leyendo esto.

La Larga Cola de la Cultura y la Política: MPPCPDV, Wikipedia, y los Blogs (de nuevo)

En cierto sentido, creo que de todas las «Largas Colas», esta es la más interesante. Chris Anderson describe «The Long Tail» como un resultado de la democratización de las herramientas de producción (es fácil y barato producir nuevo contenido), la democratización de las herramientas de distribución (publicar un blog es esencialmente gratuito) y la conexión entre oferta y demanda (technorati me permite encontrar blogs que me interesan usando filtros y etiquetas).

Todas estás fuerzas están presentes en el éxito de la [Wikipedia](http://wikipedia.org), que ahora ya tiene más de 1.000.000 de artículos (comparados con solo docenas de miles de una enciclopedia tradicional). Wikipedia representa entonces la «Larga Cola» del conocimiento, donde unos pocos artículos son muy populares y millones de otros son escritos y leídos por pequeñas comunidades a las que [les importan esos temas](http://eldiabloenlosdetalles.net/2006/06/18/jimmy-wales-y-las-lecciones-de-wikipedia/).

Y [Mi Primer PC… Pero De Verdad!](http://www.elfrancotirador.cl/2005/08/10/mi-primer-pc-pero-de-verdad/) fue también un evento de esos en la «Larga Cola» de la política y la cultura. (Casi) Nadie en los medios tradicionales (los que están en la cabeza de la curva) dijeron ni pío sobre el programa del gobierno, pero algunos de nosotros, blogueros de los nichos, usamos las herramientas de la Long Tail y la usamos como megáfono. Y la suma de las pequeña popularidad que todos contribuimos salpico bastante. Lo mismo pasa con otros problemas, que en Chile solo son discutidos en la blogósfera, como la [Neutralidad de la Red](http://www.quemarlasnaves.net/2006/07/11/el-fin-de-la-neutralidad-de-la-red-1-parte/), por ejemplo.

Y esa lección es importante: a medida que esas «Long Tails» sean más evidentes y más fáciles de crear, podemos esperar que cambios generados al margen de las política o cultura impuesta «desde arriba», porque van a tener menos importancia comparado con los medios nuevos.

Obviamente, todo esto no es una panacea. Está el riesgo de vivir en un mundo cada vez más fragmentado (o la [Era de la Distracción](http://www.espacioblog.com/ciberescrituras/post/2006/08/19/la-era-la-distraccion-o-como-nuestra-vida-online-afecta), como dice Juliana en [Ciberescrituras](http://www.espacioblog.com/ciberescrituras)), y demás esta decir que no nada de lo discutido funciona si no tienes acceso a un computador con Internet (leáse [Brecha Digital](http://es.wikipedia.org/wiki/Brecha_digital)). Pero esta claro que esta Internet de nichos es mucho más interesante que la red de 1996, y sospecho que se va a volver cada vez mejor.

¿Que es ‘The Long Tail’? (Parte I)

miércoles 16 de agosto, 2006

Hemisferios - RushEn la era pre-Amazon, pre-iTunes y pre-eBay la vida era un poco difícil si tus preferencias de libros, de música, o de otras cosas no se ajustaba a lo que había disponible en el mundo real, de tiendas, de vendedores, y de malls. Hace apenas 12 años atrás, me acuerdo haber estado esperando meses para que un compadre dueño de una disquería en Concepción se decidiera de una vez a traer el legendario [Hemisferios](http://en.wikipedia.org/wiki/Hemispheres_%28Rush_album%29) de [Rush](http://en.wikipedia.org/wiki/Rush_%28band%29). Mi problema lo tenían otros, y no solo con la música, sino con libros, películas, y un larguísimo etc. Y no era culpa del dueño de la disquería. Al tipo le cuesta dinero el espacio que ocupaba el «Hemisferios», y es mucho más rentable poner en vez [insertar nombre de artista pop de principios de los noventa].

Un par de años después, la cosa es bien distinta. Me basta visitar Amazon para encontrar literalmente millones de artículos que es imposible encontrar en las tiendas de la típica ciudad. Aunque muchos de esos productos son lo más popular en ese momento (digamos El Código Da Vinci) también hay cosas raras. Mucho, mucho más raras. Como [Struwwelpeter](http://en.wikipedia.org/wiki/Struwwelpeter), unos cuentos «para niños» capaces de espantar al más valiente, o un aparato que se conecta por USB y [mantiene tu cerveza fría](http://www.coolitsystems.com/index.php?option=com_content&task=view&id=84).

En una tienda normal, El Código Da Vinci se vende por miles. A Struwwelpeter es imposible encontrarlo. En Amazon, ambos tiene una página web, y están disponibles por el mismo esfuerzo. Amazon, al vender en línea, se ahorra dos problemas: el pagar por productos acumulando polvo en el carísimo espacio de una tienda, y el poder acceder a mucho más público. O sea, no tiene el problema del dueño de la disquería, que además de arrendar el espacio, tiene que asegurarse que el CD va a atraer suficientes interesados en un área geográfica restringuida.
El mercado de los nichos, de los compradores de lo impopular, de lo especializado, es lo que [Chris Anderson](http://thelongtail.com) llama ‘The Long Tail’ (la Larga Cola) en su libro con el mismo nombre. En el libro, Anderson nos muestra esta imagen:
Long Tail

En el eje horizontal es la popularidad de un item a la venta. En el eje vertical, el número de veces que se ha vendido ese item. Al lado izquierdo estan todos los mejores vendidos, los «Códigos Da Vinci», las Britneys Spears y los Titanic del mercado. O sea, los super-éxitos. Esos están en el tienda de video, librería, o disquería de la esquina, y en Amazon. Pero mucho más interesante, nos dice Anderson, es la parte de la derecha del gráfico: aquí están los items más raros, los de la ‘Cola’, que son todos esos miles de productos nicho, que no venden mucho, es cierto, pero de los cuáles hay muchisimos más. Estos productos reflejan la verdadera diversidad de los gustos de la gente. Anderson argumenta que Internet ha hecho acceder a esa «Larga Cola» mucho más fácil, porque empresas como Amazon pueden tener un inventario casi infinito. Y mucho más importante desde el punto de vista de las empresas, ese mercardo, aunque compuesto de cosas que venden poco, termina sumando una parte importante del mercado. En el caso de Amazon, Anderson nos cuenta que la «Long Tail» suma aproximadamente el 25% de las ventas. Y que en el futuro, veremos como esta parte del mercado se volverá más y más importante, a medida que más y más transacciones de hacen en el mundo digital.

La idea de Anderson es muy simple. Pero como muchas de las buenas ideas, también es muy potente. En un segundo artículo, vamos a explorar, armados con esta idea, donde más podemos encontrar evidencia de la Long Tail, y también, que cambios puede traer en otras áreas que no sean los negocios… stay tuned.

P.S. Y hablando de la Long Tail, aquí va explicada… en youtube:

Nota: El enlace a la segunda parte en el pié de esta página no esta funcionando. Pero la pueden encontrar acá.

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