Posts Tagged ‘Ciencia’

El extraño mundo de las publicaciones académicas

domingo 05 de marzo, 2006

Newton le escribió alguna vez a Robert Hooke: **»si he visto más lejos, es porque me sostuve en hombros de gigantes»**. En esa frase se captura uno de los pilares de la actividad académica: el progreso de debe a una comunidad de gente (incluso Newton tuvo que leer lo que se había hecho antes).

Es bien sabido que el éxito en la academia esta directamente relacionado con la publicación de artículos de investigación, que si son relevantes e importantes, serán citados por otros, generando **impacto** en un particular campo de investigación. La única forma de convertirse en un gigante, entonces, es que la difusión de la investigación sea lo más fácil posible.

El publicar en una revista científica de amplia distribución, digamos [Nature](http://nature.com) o [Science](http://sciencemag.org) ayuda, por supuesto, a facilitar la exposición necesaria, así como un estándar de calidad y un gran número de lectores. En cierto modo, las revistas científicas juegan un rol análogo a las disqueras y editoriales en el mundo de la música y los libros.

Sin embargo, la dinámica económica de las revistas científicas es muy extraña. A diferencia de otras formas de creatividad, el científico no recibe compensación por escribir un artículo de calidad con resultados originales. En cambio, los costos de publicación recaen en el autor, y pueden alcanzar fácilmente los miles de dólares (algunos calculan que el promedio es unos US$2000). La calidad del artículo es juzgado por otros científicos que trabajan *ad-honorem* y casi siempre anónimamente para la revista.

Las ganancias para esas publicaciones no terminan ahí, sin embargo. Suscripción a **una** revista científica puede costar desde unos $200 dolares por una suscripción personal hasta más de US$5000 por acceso institucional (digamos, una universidad).

Y he aquí el problema. Como científico, me interesa publicar en una revista de buena calidad, pero tengo poco interés que una vez publicada, el acceso a ese trabajo este restringido por una muralla que cuesta mucho dinero saltar. Ese problema no existe solo para los autores, sino a todas las instituciones académicas, que deben pagar cientos de miles de dólares para asegurar acceso a sus estudiantes e investigadores a los trabajos más recientes. El tener una biblioteca actualizada y completa, incluso para universidades con muchos recursos, se está convirtiendo cada vez más en un problema imposible de resolver (y de pagar).

A largo plazo, una posible solución es cambiar el sistema a uno en que **el autor paga y el acceso al conocimiento es libre**, lo que implica que las saludables ganancias que están recibiendo las publicaciones científicas (de parte de los autores, de los suscriptores, y en algunos casos, de publicidad en sitios webs o ediciones impresas) se reduzcan a niveles que permitan acceso universal.

Mientras tanto, hay otra solución: varias Universidades y otras instituciones han empezado a usar programas de código abierto como [DSpace](http:–www.dspace.org/) o [e-prints](http://www.eprints.org/) para establecer **repositorios insitucionales**, es decir, sitios web donde las Universidades pueden poner a disposición en forma abierta la investigación generada en la institución de forma de no violar los derechos de las revistas científicas (que son finalmente, necesarias), pero al mismo tiempo proteger el acceso libre a ese conocimiento. La Universidad de Chile, por ejemplo, tienen un repositorio en [Cybertesis.cl](http://cybertesis.cl), aunque está limitado solo a tesis, por ahora.

Esperemos que se expandan e incluyan todos los trabajos generados en la Universidad, y así ayuden a combatir la excesiva comercialización de la publicación científica que ya hemos visto en la «industria» cultural.

[tags] software libre, dspace, Ciencia [/tags]

Vehículo Antigravedad: !Patentado!

martes 07 de febrero, 2006

Primero fue [Arturito](http://eldiabloenlosdetalles.net/2005/10/10/arturito-y-la-seudo-ciencia/), el robot mágico. Ahora resulta que no solo tenemos la tecnología para detectar ADN y tesoros ocultos con un reactor nuclear con ruedas, pero también podriamos tener la versión de Arturito… sin ruedas. De acuerdo a la revista [Slate](http://www.slate.com/id/2135559/?nav=tap3), la Oficina de Patentes estadounidense le concedió la patente por la invención de un **vehículo de antigravedad** a un tal Boris Volfson. Segun el [texto de la patente](http://patft.uspto.gov/netacgi/nph-Parser?u=/netahtml/srchnum.htm&Sect1=PTO1&Sect2=HITOFF&p=1&r=1&l=50&f=G&d=PALL&s1=6960975.WKU.&OS=PN/6960975&RS=PN/6960975):
>Un vehículo espacial propulsado por la presión de un estado de vacío inflacionario…

> El desbalance de la curvatura del espacio-tiempo, la curvatura del espacio-tiempo siendo lo mismo que la gravedad, proveé la propulsión del vehículo espacial. El vehículo espacial, rodeado por la anomalía en el espacio-tiempo, se puede mover a una rapidez cercana a la velocidad de la luz…

Por fin. Desde que ví la primera «Guerra de las Galaxias», siempre he querido tener un auto que vuele:

landspeeder

Solo falta saber si el Borismóvil viene en rojo…

Arturito y la Seudo Ciencia…

lunes 10 de octubre, 2005

Actualización: El Mercurio tiene un artículo sobre la charla que dio el inventor de Arturito en la UTFSM. Está acá. (Gracias a Jonathan).

Desde chiquitito que me gusto la ciencia. Y la ciencia ficción. Y por supuesto, la seudo-ciencia: no la astrología, ni el tarot, ni esas cosas, pero esa otra que es mucho más entretenida porque plantea una realidad falsa pidiendo prestado el lenguaje de la ciencia “profesional”.

El último ejemplo, que esta increíble, es “Arturito” el robot caza-tesoros. En La naturaleza del Software esta la cita más genial sobre este asunto:

“Por el contrario añade, es la integración no lineal de la unidad básica de la conformación de la vida como es conocida; por lo tanto, y en el concepto meramente funcional y explicativo, detallo que nuestra unidad es la integración de componentes electrónicos altamente sofisticados capaces de descifrar la ecuación de unanimidad dentro de la teoría del caos en el contexto de un integral elevado al exponencial radical, basado en la conformación de las especies, tal cual se conocen después de 20.000 años de evolución asistida”.

Este párrafo para el bronce (o para el oro, en este caso), fue, según el reportaje de El Mercurio, la explicación de Manuel Salinas, el inventor del aparatejo, sobre el funcionamiento de este.

Por un lado, ojalá que los diarios le den más bombo a este asunto para que Salinas nos expliqué lo que es “evolución asistida” y la “ecuación de unanimidad dentro de la teoría del caos” y como Arturito la descifra. Y el resto del parrafó también, porque… bueno. No tienen ni patas ni cabeza. Por otro lado, ojalá que se la verdad salga a la luz lo más rápido posible, porque he leído comentarios por ahí de gente que esta orgullosa de la capacidad inventiva nacional (que abunda, pero no anda buscando tesoros con un robot) y que mientras más dure la polémica, más fuerte va a ser la desilusión. Es transparente que el robot no hace lo que él dice (anti-plasma, radiación gamma, etc). Lo único que queda por saber es si el robot hace algo, o este asunto es una farsa completa.

Eduardo hace un análisis entretenido sobre la ciencia detrás de la palabrería, y Jonathan entrega su opinión también (si, los físicos están enojados).

Los contenidos de este blog están publicados bajo una licencia Creative Commons Atribución-Compartir-Igual. (c) 2005-2024 El Diablo en los Detalles | Usando WordPress y una versión modificada de Barecity.