Se murió Pinochet. Finalmente.

Que se puede escribir sobre esta persona, que fue la encarnación de lo peor que podemos ser como especie. Asesino, ladrón, y cobarde. Todo mientras traicionó la confianza de la gente a la que juro proteger.

Yo, y toda la gente de mi generación, somos los hijos de la dictadura en Chile. Aquéllos que crecimos con las matanzas, las vidas quebradas y los toques de queda. Para algunos de nosotros, Pinochet significa también padres perseguidos, con amigos exiliados o muertos, familiares desaparecidos, y muchos años de miedo. Y de heroica, aunque silenciosa, resistencia.

Y ahora, Pinochet se murió. De viejo, y (casi) libre. Tuvo este hombre una vida larga y violenta. Ahora, solo podemos esperar que el Dios al que Pinochet le rezó toda su vida exista.

De acuerdo a El Mercurio, 17 vecinos de Osorno han sido denunciados por al tribunal por un grave «delito» cometido en el pasado 18 de Septiembre:

Multas que fluctúan entre los $16 mil y $96 mil arriesgan 17 habitantes de Osorno que fueron infraccionados por no izar la bandera nacional durante las Fiestas Patrias recién pasadas.

De todas, todas las cosas que podría estar haciendo Carabineros de Chile, como patrullar las calles, prevenir crímenes, dirigir el tránsito, y un largísimo etc… la comisaría de Osorno decide malgastar el tiempo de su personal y los juzgados en… ¡¡¡¿¿Multar a gente por no izar la bandera???!!!!

Además, ¿Por que se detuvieron con esos 17 Osorninos? De los 4 millones de hogares en Chile, seguramente hay muchos más delincuentes. Agarrémoslos a todos, digo yo. Y después, podemos seguir con los que cruzan la calle a mitad de cuadra. Total, parece que los Carabineros tienen tiempo y recursos de sobra en las manos.

Como les contaba ayer, hoy es OneWebDay, donde algunos cibernautas decidimos, de distintas maneras, celebrar la Red. ¿Celebrar que, dirán ustedes? Eso, afortunadamente, depende de uno. Esta es lo que yo tengo que celebrar:

Me encanta la red porque destruye la geografía. Para aquéllos de nosotros que crecimos sin LA red, la geografía era inapelable. Tu lugar de nacimiento y crianza también determinaba lo que podías aprender, con quién podias hablar, y a quién ibas a conocer. Para los que nacimos en pueblos pequeños en lo que (sospecho) vendrán a llamarse los «años análogicos» de antes de la red, la geografía nos mantenía bien amarrados a lo inmediatamente local.

Es imposible pensar en mi vida sin la red. Diez años después de su inicio, en mi «exilio voluntario y momentáneo» en Estados Unidos, la red hoy me ayuda a matar la geografía, y me ayuda a crear comunidad donde quiera que esté. Tengo buenos y nuevos amigos con a los que nunca les he visto las caras, y cada día leo algo que reafirma una idea que me sige dando vuelta: mientras podamos seguir conectados, lo bueno de la red seguira creciendo como hasta ahora.

Saludos a todos!