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¿Quién le teme al Microsoft Feroz? (José Piquer)

jueves 02 de agosto, 2007

(Nota: El profesor Piquer accedió  a publicar aquí una versión extendida de su artículo en la Tercera sobre el acuerdo marco)

Por José Piquer, Profesor Asociado, Depto Ciencias de la Computación Universidad de Chile

Estos últimos días ha ocurrido un fenómeno de movilización digital que no recuerdo haber visto nunca en Chile: los blogs se llenan de discursos ideológicos, se proclaman manifiestos incendiarios, un amigo declara que hay héroes locos en las barricadas digitales y otros llaman a un golpe de estado digital porque el gobierno nos ha vendido al mismísimo demonio. Más sorprendente aún, este movimiento ha sido percibido por el mundo «tradicional»: los políticos, las empresas y los medios han escuchado esas proclamas y han reaccionado, con comunicados y respuestas oficiales, tomándose muy en serio esta reacción.

Todo debido a un hecho más bien trivial: alguien publicó el texto del acuerdo firmado el 9 de mayo entre el Ministerio de Economía y Microsoft, que en su momento había tenido una mínima cobertura de prensa e interés.

¿Por qué tanto escándalo? El acuerdo en sí no es más que una larga enumeración de áreas (11) en que Microsoft y el gobierno cooperarán para ayudar a desarrollar la cultura digital en Chile, como educación, seguridad, pymes, etc. Algo que se venía haciendo hace tiempo, sin demasiada polémica.

Probablemente lo más polémico del acuerdo es la intención de desarrollar un «domicilio digital», con espacio para que cada ciudadano tenga su cuenta, mail e identidad. Es algo así como la campaña de «un hosting para Chile». La idea es que sea el espacio favorito de interacción entre los ciudadanos y el gobierno, para lo cual se requiere autentificar a los chilenos y una cooperación con el Registro Civil.

Esto se entendió como que los datos de todos los chilenos iban a ser entregados a Microsoft y que ellos iban a operar nuestras plataformas digitales. Además, todo el resto de la cooperación se basa en software Microsoft, lo que también se percibe como un intento de usar al gobierno chileno para promover sus herramientas. En definitiva, estábamos siendo colonizados por el Monstruo del Norte.

Si este acuerdo se hubiese firmado con otra empresa, digamos HP, Sun, Apple u Oracle, yo apostaría que no hubiese generado este pánico. Porque el miedo y el rechazo lo genera Microsoft, no el acuerdo mismo.

La verdad es que Microsoft se ha ganado su reputación. Siempre ha jugado el rol del «malo» en la industria de las tecnologías de la información. Ha llenado el mercado de soluciones mal hechas y que fallan en forma sistemática, siempre ha copiado las innovaciones que han hecho otros, ha ignorado a las Universidades y centros educacionales, ha creado y dirigido asociaciones anti-piratería aterrorizando PYMEs y, finalmente, ha dominado el mercado en forma incuestionable por más de 20 años. Cuando uno posee el 90% del mercado, no hay mucha motivación para ser amable.

Pero igual que en los dinosaurios y los mamíferos, o en David y Goliath, la vida no siempre es fácil para los poderosos gigantes. Después de tantos años, Microsoft ha creado una generación de enemigos y desconfiados, que hoy se levantan en armas para oponérsele. No solo eso, también ha logrado que todo el resto de la industria termine apoyando el uso del arma más poderosa que se ha inventado en su contra: el Open Source. Porque lo único realmente innovador que inventó Microsoft fue el concepto de vender el software, y venderlo cerrado, en cajitas negras que se instalan sin saber lo que realmente hacen. Cuestionar ese modelo de negocios y reemplazarlo completamente es la amenaza más grande que Microsoft enfrenta hoy.

Finalmente, Microsoft mismo ha terminado aceptando este problema, y está actualmente en una campaña de ser «bueno». En todas partes del mundo está cooperando con las Universidades en investigación y con los gobiernos en alfabetización digital y está dedicando un gran esfuerzo de relaciones públicas para mejorar su pésima imagen frente al público. El acuerdo firmado con el gobierno chileno se enmarca dentro de esa política.

Entonces, ¿realmente es peligroso el acuerdo firmado? Yo creo que sí. La redacción ambigüa de algunas partes permite interpretaciones, y quedamos en manos del gobierno para velar por la privacidad de nuestros datos y la apertura de sus sistemas. Si no existe una preocupación constante por cuidar estos aspectos en las implementaciones concretas de los sistemas, corremos serios riesgos de que estas acciones sean mal usadas y aprovechadas por Microsoft. Por otro lado, la liviandad con que fue firmado este acuerdo, que parece haber sido muy revisado por abogados pero por ningún técnico, es un indicador de la poca conciencia que existía en el gobierno de estos riesgos.

Afortunadamente, la movilización digital está logrando garantizar que las autoridades se mantengan atentas a estos temas, por lo que creo que los principales riesgos fueron controlados. El solo hecho que se hayan visto obligados a sacar declaraciones públicas y generarle explicaciones a la comunidad ya muestra una presión y creo que también determina un futuro en que no se firmarán acuerdos de este tipo sin pensarlo mucho antes. La ejecución de este acuerdo estará ahora sometida al escrutinio público y deberemos mantener un activismo digital permanente.

Lo que me complica hacia el futuro es que no estoy seguro de cual es la visión que el gobierno tiene de Microsoft. A veces parece que lo tratan como una potencia extranjera con la que están firmando un Tratado de Libre Comercio. Otras, parece que lo ven como una fuente de recursos económicos. Y otras, parece que creyeran que le pueden subcontratar la informática del gobierno. Curiosamente, nunca lo ven como una empresa proveedora de software, con la que debieran negociar un buen precio por las licencias en el sistema público.

Me gustaría estar más convencido que el gobierno entienda que Microsoft no es una empresa cualquiera. Y que debería estudiar con lupa y negociar muy bien cualquier actividad que realice con ellos. Microsoft es el depredador dominante, y uno no firma acuerdos livianos con esos seres.

Más Reacciones: Piquer en «La Tercera»

lunes 30 de julio, 2007

En la edición de hoy de «La Tercera» se le da tribuna al profesor de la Chile José Miguel Piquer . La columna, aunque corta, tiene un par de puntos que vale la pena destacar. En primer lugar:

Si este acuerdo se hubiese firmado con otra empresa -digamos HP, Sun, Apple u
Oracle-, yo apostaría que no hubiese generado este pánico. Porque el miedo lo
genera Microsoft, no el acuerdo mismo.

Esta es sin duda un buena observación, y es algo que he conversado con varios de los críticos del acuerdo en los últimos días. Sin embargo, es común entre otros analistas dejar la cosa hasta ahí, insinuando de esta manera que este «miedo» es irracional, sin justificación alguna. El Profesor Piquer va más allá:

Microsoft ha jugado siempre el rol
del “malo” en la industria de las tecnologías
de la información. Ha llenado el
mercado de soluciones mal hechas y
que fallan en forma sistemática; siempre
ha copiado las innovaciones que
han hecho otros
y, finalmente, ha
dominado el mercado en forma incuestionable
por más de 20 años. Cuando
uno posee el 90% del mercado, no hay
mucha motivación para ser amable.

Aunque estas no son las razones que enarbolan los que critican a Microsoft desde el lado del software libre, son unas que el gobierno debería tomar en cuenta. Ya no estamos hablando de profundas diferencias ideológicas (que existen y son válidas), pero también de razones técnicas.

¿Y que pasa con el acuerdo, entonces? He aquí el veredicto de Piquer:

Pero, ¿realmente es peligroso el
acuerdo firmado? Yo creo que sí
. La
redacción ambigüa de algunas partes
permite interpretaciones, y quedamos
en manos del gobierno para velar por
la privacidad de nuestros datos y la
apertura de sus sistemas.

Es bueno saber que no solo somos los blogeros hippientos e histéricos los que hemos encontrado este acuerdo preocupante. Esperemos que estas voces sigan recibiendo el espacio que se merecen. Porque, digan lo que digan algunos, no solo de Microsoft vive el hombre.

El Acuerdo Marco: Los Descargos del Ministro y Microsoft

domingo 29 de julio, 2007

Que semana que tuvimos en la Internet chilensis. Esto se encendió como pólvora con la ayuda de muchos blogs, y los medios tradicionales rápidamente olieron sangre y se lanzaron en picada a pedir reacciones del ministerio de economía y de Microsoft (y a escribir horrendos artículos también). Una revisión de estas reacciones son tremendamente útiles si queremos entender la forma en que se esta haciendo política digital en Chile.

«No Entregaremos los datos»

El acuerdo establece que ciudadanos Chilenos podrán acceder al servicio Live! de Microsoft, de forma gratuita, para acceder a blogs (supongo que se refieren a la creación de blogs) alertas, calendarios, etc. El gobierno ha declarado sin reservas que los datos privados de los chilenos no serán compartidos con Microsoft. Esta aclaración es sin duda positiva.

El misterio, entonces, es cuál es el rol del Registro Civil en este tema. Si Microsoft proveerá un servicio para todos los Chilenos (cosa que ya hace, por lo demás), pero al mismo tiempo no tendrá acceso a ningún dato privado, me pregunto:

  • ¿Significa esto que copias del servicio Live! se ejecutaran localmente en servidores mantenidos por el Estado? Esto parece improbable. Y si no es así…
  • ¿Se ejecutaran remotamente, en servidores mantenidos por Microsoft? Y si es así…
  • ¿Como podrán ser abiertas esas cuentas sin entregarle información privada a Microsoft? ¿Pretende el gobierno crear su propio portal para este propósito?
  • El gobierno ha dicho que el sistema será «opt-in», y que cada usuario elegirá si quiere acceder al sistema. ¿Significa esto que las cuentas serán creadas previamente, o que cada ciudadano debe pedir explícitamente la creación de la cuenta?

Se ha sugerido que se requerirá «coordinación» o «asesorías» del Registro Civil, y que no hay mucho de que preocuparse. En su blog, el asesor gubernamental Alejandro Barros afirma que el Registro Civil «dará de alta casillas» sin entregarle información privada a Microsoft, lo que no aclara mucho, pero suena preocupante. Hasta que el gobierno presente más detalles, las sospechas sobre esta parte del acuerdo no se pueden poner de lado.

Aún más, me pregunto por qué necesitamos que un funcionario del Registro Civil o del Ministerio de Economía este involucrado en el proceso por el cuál un ciudadano abre un blog, obtiene un correo electrónico, etc., todos los cuáles son ya gratuitos y sumamente accesibles, y en que justamente es un área en que Microsoft tiene abundante competencia (con muy buenos resultados).

Y el papel del estado me trae al siguiente punto:

«El Gobierno no desembolsa dinero»

El gobierno y Microsoft han intentado por todos los medios presentar el acuerdo como una serie de donaciones generosas de parte de la empresa que no requerirán desembolso de recursos fiscales, como dijo Martin Karich (Gerente de Comunicaciones de Microsoft-Chile) al acusar a los críticos del acuerdo de emitir «opiniones sin fundamento».

La evidencia, lamentablemente, no respalda estas afirmaciones. Cito el acuerdo:

El Gobierno de Chile y El Ministerio de Economía harán sus mejores esfuerzos para desarrollar el proyecto de capacitación digital, dentro de sus competencias y
posibilidades presupuestarias, evaluando los aportes económicos que permitan
complementar el programa.

El Ministerio de Economía se compromete a contar con la infraestructura
computacional básica
para la carga de cuentas de ciudadanos y se compromete a
contratar la asesoría de implementación del sistema de carga de ciudadanos. Para
tales efectos, el Ministerio de Economía se coordinará con el Servicio del Registro
Civil e Identificación.

d.3.- El Ministerio de Economía coordinará con el Ministerio de Educación el aporte
complementario
para la realización de este proyecto de la escuela innovadora.

g.3.- El Ministerio de Economía se compromete a coordinar con la Dirección de
Contratación Pública la difusión de esta oferta a objeto de establecer las acciones
concretas tendientes a que sea recibida adecuadamente por las pequeñas y
medianas empresas.

Una vez realizado dicho estudio, el gobierno de Chile, a través del Ministerio de
Economía, apoyará la difusión de éste

Como ven, el texto mismo del acuerdo desmiente al Sr. Karich, a menos que el Ministerio haya encontrado una forma de pagar por esa infraestructura, asesorías y campañas publicitarias otros sin costarle un peso al fisco Chileno. Si es así, acá estamos hablando de milagros.

Y Alejandro Barros, asesor del grupo de ministro a cargo de diseñar la estrategia digital del país, parece estar de acuerdo con el Sr. Karich. Nos dice en comentarios en su blog:

El convenio con Microsoft se refiere básicamente a una donación en la cual el Estado se hace receptor de dicha donación si analizas todos los puntos corresponden a donaciones por parte de ellos.

He aquí el quid del entendimiento del gobierno sobre el acuerdo. Pero la donación de Microsoft lo es solo en el mismo sentido que el fabricante te «dona» un programa de protección contra virus cuando compras un PC nuevo: el producto expira en 30 días, y después hay que pagar la licencia. Igualmente, el acuerdo menciona una y otra vez el plazo de tres años, y es razonable suponer que parte o la totalidad del aporte de Microsoft requerirá, tarde o temprano, millonarios gastos en renovación y actualización de software y de entrenamiento del personal a cargo de los sistemas computacionales que reciben la «donación». Más aún, hay costos no monetarios que hasta ahora no se han discutidos: la dependencia tecnológica que implica usar sistemas de software propietarios de un proveedor único.

Aquí, aclaremos otra vez, no hay donación alguna, sino una inversión inteligente de Microsoft. Y por parte del gobierno, una compra a crédito. Compre ahora, y pague después.

«El acuerdo no es secreto»

El ministerio, en su comunicado de prensa, nos recuerda

… que [el acuerdo marco] fue
firmado ante la prensa el pasado 9 de mayo, oportunidad en que el ministro
Alejandro Ferreiro detalló ante los periodistas la totalidad de sus alcances.

Aunque es evidente que el Ministro si llamó a una conferencia de prensa, eso no hace que el proceso de generación del acuerdo marco haya sido el correcto, ni mucho menos que sea transparente.

Es un triste testamento al concepto que tiene el gobierno de la transparencia e inclusión ciudadana el que el Ministro y sus asesores crean que la forma adecuada de tomar decisiones tan importantes y fundamentales como los que se tratan en el acuerdo sea el hacerlo a puertas cerradas, sin consultar al congreso, con una empresa elegida a dedo y sin considerar las opiniones que puedan tener otros actores que participan activamente en estas discusiones.

Tal vez el acuerdo fue publicitado, pero eso no ayuda mucho a un desarrollador independiente que podría haber ofrecido una solución alternativa a un municipio, o a los chicos de LinuxChillan que quieren hacer más trabajo con escuelas, o a competidores de Microsoft como Google, Yahoo! o WordPress que ofrecen alternativas a las incorporadas en el acuerdo. Todos estos actores tienen que competir no contra Microsoft en un mercado abierto, sino contra el gobierno de Chile, que estará actuando como proveedor y promotor de software propietario. Y a propósito…
«Es un acuerdo, no un contrato»

Este argumento es tan ridículo que casi no vale la pena comentarlo. De más esta decir que si un gobierno, de donde sea, envía a su Ministro de Economía a firmar un acuerdo, no queda duda que el gobierno, a menos que sea de una república bananera, tiene toda le intención de cumplirlo.

Y esto no quita que el gobierno no esta en la obligación legal de cumplirlo, independiente de las intenciones. Sin duda, repudiar el acuerdo y empezar de cero le haría muy bien al país.

«Elevemos el nivel de discusión»

En cierto sentido, las reacciones populares siempre tienen un poco de todo. Gente que reacciona con rabia, gente que habla sin pensar, gente que se pone «violenta». Lo vemos en la calle, y los vemos en la red. Pero también hay muchos (en la calle y en la red) que han pensado mucho en estos temas por mucho tiempo, y que tienen críticas válidas y bien fundamentadas al acuerdo. Y el Ministerio y Microsoft se equivocan al escudarse en las reacciones más extremas para evitar contestar preguntas que válidas sobre el acuerdo, como lo hizo Alejandro Barros en su blog, contestando a una pregunta de Arturo Catalán de El Mercurio:

@arturo catalan: creo que la discusión que se ha generado se ha construido sobre la base de un análisis bastante liviano, mucha ignorancia, lo que ha llevado finalmente a una discusión llena de prejuicios y con la cual no es fácil generar un espacio de reflexión razonable, un ejemplo de los post en su medio:

=====

Vean el blog del Secretario Ejecutivo del Comité de Ministros para el Desarrollo Digital, que depende del Ministerio de Economía.

http://www.alejandrobarros.cl/

Con asesores así…….

Saquen conclusiones.

Posteado por:

Marcelo (Julio 24, 2007 05:42 PM)

=======

Que se responde a ese tipo de afirmaciones?

Además de los insultos gratuitos, sacar un comentario de un blog cualquiera (admitiendo que el Sr. Barros podría haber elegido uno mucho peor) para insinuar que es representativo de lo que se ha escrito y así no contestar sobre el fondo de las críticas no aporta mucho a la discusión.

Para ser justos, este comentario en el blog del Sr. Barros tiene varios días de antigüedad, y ha corrido mucha tinta bajo el puente desde entonces. Para ayudar al Sr. Barros a encontrar análisis que no sean livianos, sin ignorancia y prejuicios, y cuyos autores estoy seguro quieren generar espacios de reflexión razonables, le recomiendo buscar en la lista de Christian, o acá va una lista (incompleta, así que no se ofendan los ausentes, y agregaré más a medida que los encuentre/recuerde) de los artículos que he encontrado con críticas y preguntas muy válidas con respecto al acuerdo:

Y a los lectores, sigan sintonizados, que queda mucho, mucho que comentar.

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