El Descarrilamiento de la Ley de Propiedad Intelectual
Mañana, se supone, iba a ser un día de celebración para todos los que nos interesa tener una ley de derechos de autor balanceada y moderna, que se aleje del extremismo que hace que la ley actual no solo ignore las necesidades básicas de creación y el acceso a la cultura, sino también la realidad tecnológica en que vivimos.
Pero una campaña liderada por el Diputado Gonzalo Arenas esta amenazando la aprobación de la ley con una campaña digital que esta saturando las casillas electrónicas de los diputados en el Congreso (menos la de él, uno asume).
Uno puede estar de acuerdo en que el mentado artículo está redactado pobremente. Pero recordemos que en Chile el alojar contenido protegido por derechos de autor ya es ilegal. Lo nuevo de la Ley no son los castigos, sino el ordenamiento de los procedimientos judiciales, y por supuesto, las excepciones. Y entonces, la solución a un lenguaje poco feliz de un solo artículo que está promoviendo el Diputado Arenas y sus seguidores en la red es totalmente absurda: el descarrilar un proyecto de Ley que por primera vez crea excepciones reales para ciudadanos comunes y corrientes para usar la cultura que todos creamos, que permite a las bibliotecas la posibilidad de poner a disposición de las obras que mantienen a personas minusválidas, y un largísimo et cétera.
Y es que aquí hay que ser bien claro: intereses ligados a la SCD y otras entidades de gestión se opusieron a prácticamente todas las excepciones que contiene el proyecto que se votará mañana. Y el retirar el proyecto a esta altura no solo significa, como algunos están ingenua o maliciosamente sugiriendo, tener la oportunidad de revisar un pequeño artículo: significa poner sobre la mesa todos los avances que contiene el proyecto, para ser discutidos y posiblemente eliminados de nuevo. Un comentarista en el blog de Christian decía que no estaba opuesto al proyecto como un todo, pero que el proyecto no se podía «rechazar por partes«. La otra cara de esa moneda es que el proyecto, una vez rechazado o retirado para ser revisado, no puede ser «revisado por partes«. [Actualización: Y otra cara más es que durante el proceso de aprobación en la Cámara, se podría votar la revisión de ese artículo solamente, según nos cuentan en los comentarios].
Y si alguno de esos activistas que supuestamente están defendiendo los derechos de todos nosotros creen que el resultado de otro proceso de discusión más, demorado y probablemente con un Congreso con composición distinta generaría un proyecto tan positivo como el que está sobre la mesa hoy, les recomiendo que además del artículo que tanta hiperventilación está generando, también se lean los otros artículos, que nos dan a todos derechos que si el proyecto se rechaza mañana se irán con el 85 T, tal vez para no volver. Y que se tomen una pastilla para curarse el serio caso de ingenuidad política que están teniendo.
La política, dicen por ahí, es el arte de lo posible. Una reforma de esta magnitud, que tiene que incluir los intereses de muchos, no puede ser perfecta. Pero es perfectible, y si el Diputado Arenas esta montando esta tremenda campaña no por ánimo electoral o por descarrilar un proyecto generado por el gobierno, debería inmediatamente promover un Proyecto de Ley que reforme ese artículo que tanto le molesta [O, como mencionaba en la actualización más arriba, juntar los votos para que el artículo maldito sea reescrito]. Pero rechazar o demorar toda la Ley nos significa quedarnos con una ley antidiluviana que nos hace a todos delincuentes. Y ese, irónicamente, sería el gran triunfo de la SCD y de una visión extremista de los derechos de autor.