Como muchos lectores sabrán a estas alturas, el próximo 2 de Septiembre es el plazo final para que las organizaciones nacionales que pertenecen a ISO (Chile incluido) decidan su voto con respecto a la propuesta de que OOXML, el formato de documentos del recién estrenado Microsoft Office 2007, se convierta en un estándar internacional. El proceso de votación es un poco complicado, así que vale explicar un poco como funciona la cosa, para que los leales lectores no se confundan cuando se empiecen a contar los votos la próxima semana.
La cosa funciona más o menos así: cada país miembro de ISO debe decidir entre tres posibles votos:
- Aprobar: Este voto puede incluir comentarios, pero solo de carácter general o editorial.
- Rechazar: Este voto puede incluir comentarios de cualquier tipo, incluyendo indicaciones de problemas técnicos que deberían ser corregidos y propuestas para su corrección.
- Abstención.
Un aspecto muy importante que es importante destacar es que las reglas para las organizaciones nacionales (p. 48) que deben decidir el voto de cada país indican que:
Aprobación condicional debe ser enviada [a ISO] como un voto de rechazo.
Es decir, si una una organización nacional cree que OOXML estándar presenta problemas técnicos que deben ser solucionados, debe rechazar la aprobación del estándar, incluso en el caso en que crea que estos problemas pueden ser solucionados y el estándar puede ser aprobado más tarde.
El otro aspecto que es un poco complicado es como se determina el resultado. A pesar de que cada país tiene un solo votos (todos los países son iguales), no todos los votos tienen el mismo peso (hay países más iguales que otros). En términos simples, hay dos tipos de miembros de ISO que pueden votar: los países «P» (Participantes) y los países «O» (Observadores). Para que OOXML pueda ser aprobado, todas las siguientes condiciones deben cumplirse:
- No más del 50% de países deben abstenerse.
- Al menos 66% de los países «P» deben aprobar.
- No más del 25% del total de los votos (Países «P» y «O» combinados) debe rechazar.
Como se imaginarán, la primera condición es relativamente fácil de cumplir en el caso de OOXML. Es cosa de tener suficientes votos, y no hay indicación hasta ahora de que muchos países «P» se van a abstener, aunque Finlandia e Italia han indicado su intención de hacerlo. Abstenciones no son consideradas cuando se calculan los porcentajes de los puntos (2) y (3).
El criterio (2) es más complicado para Microsoft. China, India, Brasil, Canadá y Japón, todos países «P», han indicado que rechazarán OOXML. Es probable que otros países que han trabajado en ISO por mucho tiempo sigan esta tendencia.
Pero la guerra no está ni cerca de estar perdida para Microsoft. De hecho, hay varias indicaciones que Microsoft esta peleando dos batallas: tratar a convencer a países que voten a favor, o en el peor de los casos que se abstengan (¡esto es bastante obvio!), y la segunda estrategia es lograr que países pequeños voten «Aprobar» y cambien su membresía en ISO de observador (O) a participante (P). El genio de esta estrategia es evidente: Microsoft será capaz de contrarrestar la oposición de países al «diluir» los votos negativos que podrían cambiar generar un rechazo de OOXML debido al criterio (2). Hay indicaciones de Chile está considerando justamente esta medida, aunque es poco claro cuál será el voto del INN, ni tampoco si el cambio de O a P se hará antes del 2 de Septiembre. Estén atentos.
Y esto nos lleva al criterio número (3). En cierto sentido, este es el más difícil de influenciar, porque no toma en cuenta el tipo de membresía de cada país. Microsoft ha tenido que usar tácticas más conocidas, y esta usando toda su influencia. En un voto reciente en Estados Unidos, por ejemplo, Bill Gates llamó directamente al Ministro de Comercio norteamericano (Si señores, en todas partes se cuecen habas) para cambiar un voto poco favorable. Desde Tanzania a Portugal, pasando por Kenya, organizaciones nacionales están recibiendo una atención inusitada de Microsoft, que esta reclutando votos positivos a diestra y siniestra. Sin duda, lo mismo esta pasando en Chile, donde la amistad de Microsoft y el Gobierno es bien conocida.
Como ya contaba en el blog de Christian, hay sólidas razones técnicas para rechazar OOXML, razones que se son independientes de que opinión nos genere Microsoft como empresa. El INN tiene una opción clara para definir su voto la próxima semana, y debería rechazar la aprobación de OOXML.