Archive for febrero, 2009

Los estándares de El Mercurio

martes 17 de febrero, 2009

Hay ocasiones cuando me da la impresión de que estoy siendo demasiado crítico de lo que me parece es el triste estado de nuestros más notables diarios. Y después, uno lee cosas como esta:

Con mucha pena, tengo que decir que uno de los periódicos más importantes en América Latina,  El Mercurio de Chile, está robando las noticias que yo, con esfuerzo y mucha pasión escribo y publico en varios Blogs a nivel mundial.

En cualquier medio medianamente decente, un periodista que fuera descubierto plagiando contenido debería ser despedido inmediatamente. Después de todo, no solo es ilegal sino que va contra el Código de Ética ((«Contravenir cualquiera de las normas y recomendaciones contenidas en el presente Código. El soborno, el cohecho y la extorsión. El plagio y el irrespeto a la propiedad intelectual. La difamación, la calumnia y la injuria. «)) al que los mismos periodistas se supone que adhieren.

Pero quizás lo más irónico de este incidente de plagio múltiple de El Mercurio es que el diario de los Edwards no solo no es un pasquín cualquiera en materia de derechos de autor, no señor. A cada oportunidad que se le da, los editores del decano se suben a la palestra para denunciar nuestra cultura pirata,  para defender los intereses de la industria o celebrar la crimininalización de los «piratas».

Por suerte para el decano, dudo que alguien en la prensa haga el mismo escándalo por este caso de piratería que el que hacen ellos por el tipo que vende CDs en la calle.

En casa del herrero…

Editoriales vs. Noticias

viernes 13 de febrero, 2009

En Revelaciones Chúcaras hay un artículo interesante sobre el futuro de las noticias, y este párrafo me llamó la atención:

Al final, la objetividad es un mono de paja inventado por gente que antes que comunicar, desea tener poder. La supuesta objetividad se conjuga en el lenguaje de los ambiciosos y megalómanos, esos que quieren bajo sus alas a la mayor cantidad de tontos incapaces de criticar o hacer una pregunta. Pero ese no es el futuro de los medios. La fórmula de hacer medios para las masas está agotada. Hoy los medios se levantan con actitud y una línea editorial sólida y convincente. Haz eso y los lectores llegarán solos (bueno, no solos, pero llegarán).

Como ejemplo de esta nueva etapa en la evolución de los medios, Rodrigo cuenta del caso de Newsweek, que hace poco cambió su estrategia de enfocarse en la publicación de opiniones y análisis y abandonar la publicación de noticias a secas. Sin querer comentar mucho la sabiduría de la movida ((Porque pasar de vender sandwiches a sushi puede ser buena idea si el sushi es más popular, pero tal vez no tanto si eres conocido por lo bueno que son tus sandwiches. La revista se llama NEWSweek, después de todo.)), creo que la celebración de la muerte de la «objetividad», que yo entiendo acá como la publicación de noticias sin opinión, es equivocada no solo porque dudo que pase, sino porque es algo que sería bastante dañino. Y hay varias razones para pensar esto.

Primero que nada, es totalmente cierto que el estrés financiero que esta viviendo la prensa tradicional es serio y real, y esto es independiente de la última crisis mundial. Sin embargo, esto no implica que el modelo de medio de publicación de noticias «objetivo» sea poco popular. De hecho, el New York Times tiene hoy un récord histórico de lectores. El problema no es el contenido, es como cobrar por él. Es decir, lo que el NYT necesita hacer no es cambiar a sus periodistas por opinólogos, es encontrar un modelo de negocios que les permita pagarles a esos periodistas.

Los detalles, por supuesto, son importantes. En estos días de sitios actualizados las 24 horas del días, con canales de TV dedicados exclusivamente a noticias, el modelo particular de Newsweek, de presentar noticias en forma semanal es probablemente obsoleto. Uno tendría que estar viviendo en una cueva para que Newsweek te informara el domingo que el lunes anterior se cayó un avión, o que Bachelet está en Cuba.

En segundo lugar, creo que despreciamos el valor del periodismo más tradicional, que aspira a ser objetivo, porque no hemos vivido en un mundo donde no existe, y porque en la realidad vemos que pocas publicaciones se toman esa aspiración en serio. Y eso no tiene nada que ver con editorializar, tiene que ver con tener una sólida muralla entre la opinión de los editores y las noticias e historias que investigan los periodistas. Quizás el ejemplo más dramático de esta separación es el Wall Street Journal, un diario que es famoso por dos cosas: los extraordinarios reportajes que les han ganado más de 30 Premios Pulitzer, y una página editorial extremadamente derechista donde los editores echan espuma por la boca defendiendo cosas en el más puro estilo del Libertad y Desarrollo.

La diferencia entre el WSJ y, digamos, nuestros criollos El Mercurio o La Tercera, es que la falta de esa muralla de separación entre la sala de noticias y la de los editores hace que nuestros poderosos diarios  sean una máquina de propaganda de cabo a rabo. Desde la selección de los titulares hasta a quién se entrevista, no queda ninguna duda de a que intereses están sirviendo. Y como dice Rodrigo, es mojigato que estos medios no expliciten sus lealtades, aunque no veo la necesidad de que El Mercurio apoyará publicamente para Presidente a cada candidato desde Pinochet a Piñera. No serían ellos si no lo hicieran.

Pero el valor de esta prensa (( cuando existe)),  que en su sección de noticias aspira a publicar lo que sea de interés público en forma que la historia se acerque más a los hechos, es difícil de minimizar. La falla imperdonable de la prensa norteamericana de no investigar apropiadamente las mentiras de Bush contribuyó no en menor parte a la injusta invasión de Irak, tal como nuestra prensa facilitó y contribuyó a los abusos de derechos humanos de Pinochet. Pero también es cierto que sin esa misma prensa no hubiéramos sabido de las prisiones secretas donde torturan los gringos, o finalmente revelar la profundidad esas mismas mentiras de Bush, y que hoy hayan esfuerzos chilenos más pequeños como CIPER o El Mostrador que quieren ser más independientes y menos ideológicos en la generación de noticias.

En resumen, no creo que el futuro de los medios es al que apunta Rodrigo, o al menos espero que no sea así. Es muy probable que existan demasiados medios (exceso de capacidad, diría un economista) usando el modelo más tradicional de periodismo, o usándolo equivocadamente en un mundo que se mueve más rápido y que está conectado permanentemente. Pero espero que los que sobrevivan sigan haciendo lo que hacen mejor: seguirle la pista y publicar historias que jamás habrían salido a la luz sin que hubiera habido alguien dedicado y profesional, y que informe los hechos como los entiende, que a menudo es más potente que todas las opiniones del mundo.

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