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AtinaChile y las Comunidades en Línea (Parte II)

domingo 11 de febrero, 2007

En la primera parte de esta serie, argumenté algo bastante obvio: que AtinaChile quiere ser movimiento social, no un sitio social. Pero una exploración de las actividades del movimiento indican que no lo han logrado, y que incluso sus fundadores lo entienden así.

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Las Reglas de Juego

No hay que escarbar mucho en el sitio de Atina para darse cuenta de que ésta es una operación muy bien controlada. En las reglas del sitio, los fundadores del sitio rayan la cancha. Bajo la bandera de las «nuevas conversaciones», el diálogo respetuoso y otros valores loables, se invita a los participantes a apoyar los documentos fundacionales del movimiento, que como veíamos antes, son una oda a la participación abierta en un nuevo Chile democrático.

La democracia, sin embargo, dura poco. Dentro de AtinaChile existe el llamado «grupo web», que no solo controla que se publica y que no en la página principal, sino que deciden que es aceptable tener en el sitio:

  • El Equipo Web de Atina Chile consiste en un grupo de personas que vela por la integridad del sitio y de sus participantes, y tiene la facultad de desactivar y/o mover posts y comentarios que no se adscriban a estas reglas.
  • Asimismo el Equipo Web se reserva el derecho de desactivar a aquellos usuarios que decididamente no están con la disposición de acatar estas normas.

Aunque es poco claro quién elije -no es claro que son elegidos tampoco- a estos AtinaPacos, esta claro que son inmensamente poderosos, pudiendo censurar y expulsar a cualquier miembro después de mandar tres emails de advertencia. A diferencia de comunidades «trabajadoras» como la Wikipedia, AtinaChile parece haber elegido la vía más segura del control del contenido desde arriba, en vez de dejar que los participantes mismos lo construyan.

Tiempo de Campañas (Y sin moverme de mi escritorio)

Si hay algo que gusta en AtinaChile, son las campañas. De todo color, forma y objetivo. Da lo mismo lo que sea, mientras tenga «campaña» en frente: campañas para telefonía movil de calidad, por la alimentación sana, para aprender italiano, para tener manos limpias en Chile, por un nuevo Valparaíso, y un larguísimo etc.

La inmensa mayoría de estás campañas son voladores de luces que empiezan, sospecho, en el cerebro de algun «atinador» entusiasta, arrastrado por la noble idea de generar cambios y la facilidad de escribir un artículo en el sitio. El agotador y largo trabajo posterior que llevaría al éxito a la gran mayoría de estas campañas es otro cuento. Muchas de ellas requerirían consistencia y enfoque, un esfuerzo que solo un movimiento con una concentración y una energía importante podría lograr (vease de nuevo la Wikipedia).

Pero la energía de AtinaChile (que no es poca) se gasta en vez en conversaciones. En aplausos a los organizadores, en darles consejos, en diseñar carteles. AtinaChile es una cacofonía de autocomplacencia, donde los participantes crean un nuevo lenguaje alrededor del verbo «atinar». Fuera del sitio, pocas cosas cambian como resultado del esfuerzo de los 38000 (!!!) miembros del sitio. Y eso es porque, simplemente, la inmensa mayoría de esos miembros simplemente no hacen nada.

En su esfuerzo de incluir y darle espacio a todos, AtinaChile se olvida distinguir entre el hablar y el hacer. Se quiere convertir, como le explico Jorge Dominguez a El País, en «el gran educador del país», pero ha creado una comunidad conversadora, no trabajadora, en que la misión queda en el papel. Y por lo tanto, tiene poco de movimiento social, y mucho de club social. Un club que, pese a sus presuntos valores demócraticos, ha atraído a figuras como un sobrino de Pinochet, que uso AtinaChile como tribuna para la creación de un partido (la APU, o Acción Pinochetista Unitaria), nacido para preservar la obra del ex-Dictador y asesino. Por suerte, es probable que la APU siga el camino de las otras campañas, y quede en nada.

El Factor Flores

Es difícil hablar de AtinaChile sin mencionar a su fundador, Fernando Flores. Esa denominación no le hace justicia, sin embargo. El senador no solo es fundador, sino inspiración permanente del «movimiento». Flores se ha autodenominado el pionero de una nueva sociedad tecnófila en Chile, basada en las nuevas conversaciones y una sociedad abierta, aunque el senador da un ejemplo muy pobre en su propio blog (propio en el sentido que lo financia, no que lo escribe), donde opiniones o puntos de vista brillan por su ausencia.

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Y la relación mesíanica entre Flores y AtinaChile es clarísima. Los pocos afortunados que están en su círculo inmediato tienen la suerte de poder seguirlo alrededor del mundo mientras pontifica sobre la forma de usar blogs y contruir empresas alrededor de su uso. Flores tiene en AtinaChile la máquina perfecta: gracias al número de participantes y sus infinitas campañas, AtinaChile se convierte en el estándarte de una nueva política, pero siempre estando bajo el control férreo de unos pocos.

Y si quedan dudas del rol mesíanico de Flores en AtinaChile, no hay más que revisar la última entrega de los Premios Atina 2006: el ganador del «Premio Fernando Flores», creado por el «Equipo Web» (que era candidato al mismo premio, ejem) fue… Fernando Flores.

¿Y ahora qué?

La historia de AtinaChile ha sido de mucho ruido y pocas nueces, pero una de la que sus fundadores parece han aprendido. Tal vez influenciado por el desprestigio de la contínua autoreferencia y la obvia (aunque no explícita) calidad de plataforma política de AtinaChile, el senador ha decidido refundar en un proyecto directamente político. Aunque AtinaChile le seguirá prestando el valioso servicio de poder decir «a mi me siguen muchos jóvenes», el senador está ya buscando nuevo territorio, y esperemos que en su nuevo intento los resultados sean más concretos.

AtinaChile, en cambio, seguirá siendo esa extraña comunidad cada vez más desconectada de sus intenciones, y más parecida al gallinero más grande de la red criolla.

Un Mal Comienzo para OOXML

miércoles 07 de febrero, 2007

Como comentaba hace unas semanas, Microsoft está luchando la gran guerra de los documentos. Preocupado por la creación de ODF y su elevación a estándar intenacional ISO, Redmond se apresuró a enviar OOXML a la organización encargada de aprobar estándares internacionales, y a asegurarse que la información disponible para el público se ajustara a sus intereses.

El proceso de adopción de un formato como estándar ISO es una verdadera lata, pero baste decir que Microsoft envió el formato a un comité de la IEC (encargada de aprobar estándares) en modalidad «vía rápida» («fast-track»), sin duda con la esperanza de que si aprobaba, Microsoft podría vender Office 2007 a gobiernos que, como los de Massachussetts, han empezado a exigir estándares abiertos para almacenar documentos.

En al modalidad «vía rápida» hay periodo de 30 días, desde el envío inicial del comité, para que países u otros miembros del comité envién «contradicciones». Es decir, que se opongan a que el estándar sea aprobado rápido y que en vez se revise con toda la calma del mundo (ODF nunca intento el modo fast-track, y fue aprobado después de una revisión de varios años – Ver actualización III). Ese periodo inicial terminó el 5 de Febrero.

Y para sorpresa de todos los que se oponen a que OOXML se convierta en un estándar a la medida de Microsoft, 19 20(*) países han presentado contradicciones, incluyendo a India, Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Si Microsoft no puede responder adecuadamente a esas contradicciones, es probable que la estrategia de aprobar su formato por la vía rápida se vaya al carajo.

Con más y más gobiernos eligiendo usar estándares abiertos para almacenar documentos y comunicarse con sus ciudadanos, los problemas que Microsoft está teniendo con OOXML es un mensaje claro: ignorar estándares existentes y tratar de aprobar un formato propietario que solo una compañia utiliza puede que no convenza a muchos.

¿Será este el año en que Microsoft soportará ODF nativamente?

(*) Actualización: Andy Undergrove se equivocó. No eran 19, eran 20 (se sumó también Italia).

Actualización II: En los comentarios, me envián esta excelente página en castellano, que yo no conocía: ECMA-376 no debe ser ISO 29500 (¡Gracias, Raspu!)

Actualización III: En los comentarios me corrige omz: «ODF fue aprobado por ISO mediante proceso fast track ( mas alla de que fue propuesto por OASIS, luego de una revision de varios años)»

AtinaChile y las Comunidades en Línea (Parte I)

domingo 04 de febrero, 2007

Entre los que nos interesa esta cosa de la tecnología y las comunidades en línea, el caso de AtinaChile es bien especial. El sitio del «movimiento ciudadano», como se autodefinen, tiene muchos adeptos, admiradores, y críticos. Pero no importa lo que pienses de AtinaChile, está claro que es una de las comunidades en línea más grandes de Chile. La pregunta que muchos nos hacemos es ¿de que se trata AtinaChile?, y si «por aquí va la cosa», como dice su lema, ¿donde es «aquí», y para donde va? Para tratar de encontrar una respuesta, vale la pena pensar en a qué nos referimos cuando decimos «comunidad».

En el mundo digital, como en el de carne y hueso, la gente se organiza en toda clase de comunidades. Aunque es difícil clasificarlas, uno puede pensar en al menos dos tipos. Unas son las comunidades «conversadoras». Estas son versiones modernas de la plaza del pueblo, los canales de IRC, las salas de chats y otros medios antiguos cuyo objetivo único era la interacción entre los participantes. Ejemplos de estas comunidades son MySpace, Facebook, etc.

Por otro lado, tenemos comunidades digitales que tienen un objetivo, un foco, una función que es externa a la comunidad. Estas son organizaciones en la que la conversación es muy importante, por supuesto, pero hay algo más. Llamémoslas comunidades «trabajadoras». Wikipedia es tal vez el ejemplo más notable de este tipo de comunidades. Aunque la conversación, las reglas, y la tecnología son necesarias para que Wikipedia exista, la comunidad tiene un objetivo claro: el crear una Enciclopedia completa y de libre acceso.

Lo que distingue comunidades «conversadoras» y «trabajadoras» no es la tecnología. Y ese es el problema del discurso ‘2.0’: la tecnología que tenemos hoy tiene el potencial de generar conversación y cambios en el mundo real, pero no lo garantiza. Un blog o un wiki no son más que una imprenta barata y fácil de manejar. Lo que sale de la imprenta es lo díficil. De hecho, casi todas las comunidades en línea usan los mismos programas: blogs, wikis, forums, listas de correos, etc. La diferencia fundamental es si la energía de la comunidad esta puesta en alimentarse a sí misma o en crear algo externo, que tenga alcance fuera de la comunidad en sí. Y ojo, que no es que un tipo de comunidad sea mejor que la otra. Pero son muy distintas, y mientras MySpace es buen lugar para conocer gente, compartir información sobre tu música favorita, y a veces, incluso hacerte famoso, nadie espera que MySpace «logre» algo, excepto ser aún más grande. Su valor está en su tamaño, porque mientras más grande, más conversaciones. Y eso es MySpace, ni más… ni menos.

Para Wikipedia el tamaño de la comunidad también es importante, pero la conversación de la comunidad no importa mucho si los artículos de la enciclopedia son mal escritos, incompletos o erróneos. O sea, los que participan en editar son muy importantes para la existencia de la Wikipedia, pero no es suficiente. Lo mismo pasa con otras comunidades trabajadoras, como los proyectos de código abierto. Linus Torvalds ha dicho varias veces que sin Internet, Linux no hubiera tenido éxito.

¿Y que tipo de comunidad es AtinaChile? El sitio tiene lo que podríamos llamar un «manifiesto fundacional» (demasiado largo para copiarlo acá), pero al menos intenta contestar nuestra pregunta inicial,  de que se trata AtinaChile, o en su propio lenguaje, «atinar»:

  • Atinar es hacer que esa patria ocurra y sentir que vale la pena ser chileno y cultivar la excelencia, la innovación, y la solidaridad. Así, Chile podrá crecer y competir.
  • Atinar es hacer que esa patria ocurra y construir una identidad nacional atractiva para cada uno de nosotros, y también para los inversionistas extranjeros.
  • Atinar es hacer que esa patria ocurra y desplegar una voz que se escuche en el concierto de las naciones.
  • Atinar es hacer que esa patria ocurra para que nuestros hijos e hijas, nuestros nietos y nietas digan: qué buena es la patria que heredamos.
  • Atinar es hacer que esa patria ocurra para dejar de decir YO y comenzar a decir NOSOTROS.

O sea, dejan pocas dudas. AtinaChile es una comunidad que no quiere ser «conversadora», sino «trabajadora». Es, además, una comunidad que quiere ser democrática y basada en la participación abierta de sus participantes. Esta es, al menos, la intención declarada.

En la segunda parte del artículo, intentaré ver como ese documento fundacional se práctica, y que lecciones se pueden derivar de AtinaChile para futuros esfuerzos como éstos. Y sí, también voy a hablar un poco de algo que es inevitable cuando hablamos de AtinaChile: el factor Flores.

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