Nuestro PC y la Inoperancia Digital
Con ya más de una semana de escrutinio público y muchos comentarios en la prensa, sitios comuntarios y bitácoras, queda poco que decir sobre el fin (al menos en su parte formal) de “Mi Primer PC… pero de Verdad!”. Los que trabajamos más cercanamente en la campaña (saludos a todos!!) terminamos agotados, lo que explica el silencio de una semana que acordamos mientras nos veíamos las caras en el Liguria mientras se compartían sus schops (tuve la suerte de visitar la patria para el 18).
Queda poco que decir (bueno, no tan poco), más que agradecer a los miles que firmaron y confiaron en nosotros, a los cientos que nos enviaron correos electónicos dándonos alternativas a las comparativas que fuimos poniendo en el sitio, a los que ayudaron en la difusión al escribir en sus blogs y los que mandaron comentarios a la campaña.
Y aunque no han faltado los críticos, por lo que he leído el recibimiento a “Nuestro PC” ha sido positivo: Para los mas geeks entre nosotros, la superioridad técnica es clarísima, la oferta de Internet es mejor y el tener un sistema operativo profesional y de código abierto como SuSE es un importante paso adelante en términos de neutralidad tecnológica. Para los menos geeks, “Nuestro PC” ofrece una alternativa más barata (Ok, no tanto como nos habría gustado), una red de voluntarios para ayudar y una garantía de un año (el doble de MPPC).
Esta oferta alternativa, generada a través de los esfuerzos de unos cuantos blogeros y otras tantas empresas que sin duda vieron el potencial comercial del tema, es la prueba final de que el programa del gobierno pudo ser mejor. Entendámoslo bien: Si un grupo minúsculo de ciudadanos armados con las firmas silenciosas de unos miles puede ir a golpear las puertas de las empresas y conseguir, en 6 semanas, una programa real y mejor que el que el gobierno bendijo después de 14 meses de “esfuerzo” de parte de otras empresas privadas, hay algo que huele mal en todo el proceso.
No hay otra forma de llamarla que inoperancia digital: la ingenuidad y complacencia de los encargados de la Agenda Digital y de los que los apoyaron en la Moneda de creer que este tema se podía dejar en las manos del mercado. Y no es la idea la de atacar al gobierno en general, que ha hecho cosas muy buenas en otras áreas, donde ha logrado pasar de las buenas intenciones en el papel (como las hay en la Agenda Digital) y ha puesto pega detrás de los discursos para mejorar otros programas sociales.
El deseo de que el gobierno se involucre puede ser mal interpretado como el deseo de que el “hermano mayor” intervenga en nuestro nombre. Nada puede estar más alejado de la verdad. Por semanas de reuniones con los privados y el gobierno esperamos que este último se pusiera las pilas y se involucrara en la negociación, y eso porque nosotros representamos a 14000 personas y ellos, a 15 millones. No tuvimos éxito, aunque el gobierno no dudo de subirse al carro cuando pudieron. Si el gobierno actuara con la misma ineptitud y poco involucramiento en otros temas como lo ha hecho en este caso, tendríamos que esperar a que McDonald’s ofreciera almuerzos en las escuelas públicas, empresas constructoras se ofreciera a mejorar las carreteras y las isapres ofrecierán cobertura catastróficias de lo buena onda que son.
Y es que es increíble que el gobierno no entendiera un hecho básico: La “brecha digital”, como otras inequidades en la sociedad, surge exactamente porque los mercados funcionan como lo hacen, con poco interés por los que no tienen el poder comprador para los productos ofrecidos. Con “Mi Primer PC”, el gobierno creo una marca más, sin impulsar a esos mismos mercados a asumir un rol social.
Con “Nuestro PC” hemos avanzado en la dirección correcta, con algo mejor y más justo (esperamos que el financiamiento sea más accesible). Pero la Brecha seguirá ahí, vivita, coleando y creciendo, mientras los que nos representan a todos no se decidan a tomar un rol activo. Más activo, digamos, que dar conferencias de prensa.