miércoles 20 de agosto, 2008

Contando las medallas de las Olimpíadas

Hasta hoy al menos, la delegación Chilena traerá de vuelta al menos una de las medallas que China mandó a fabricar con el cobre nacional, gracias al esfuerzo de Fernando González (y su aparente incapacidad para sentir si la pelota toca su raqueta). Viniendo de un país pequeño que rara vez gana medallas en los Juegos Olímpicos, es habitual escuchar variadas explicaciones sobre la calidad de los programas deportivos, el poco interés en el deporte o, si uno tiene la mala suerte de haber metido la oreja en esa corriente criolla (auto?-)racistoide, algún balbuceo sobre la calidad de «la raza».

Y no es que no existan buenas razones para tener mejores deportistas profesionales, o – mejor aún – mejorar la calidad de los programas deportivos disponibles para todos, pero nuestra aparentemente magra participación en los podios Olímpicos tiene una explicación bastante razonable, como explica  Gary Becker:

El artículo «»A Tale of Two Seasons: Participation and Medal Counts at the Summer and Winter Olympic Games», publicado el 2004 en el Social Science Quarterly por el Profesor Daniel Johnson de Colorado College y un coautor examinó los determinantes de como cuantas medallas fueron ganadas por distintos países en las Olimpiadas de verano e invierno desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Su análisis de regresión muestra que dos variables muy importantes son la población total y el ingreso per cápita de distintos países. También es muy importante si un país tiene un gobierno autoritario – como por ejemplo comunista -, el clima del país, y si el país es el anfitrión de las Olimpiadas. Estas 5 variables en conjunto predicen muy cercanamente el número total de medallas ganadas por distintos países en las Olimpiadas de invierno y de verano.

Y claro, el tener más población significa que hay más oferta de buenos deportistas, y con más plata se les entrena mejor. Y ser dictadura implica, como en el caso de China, que hay pocos escrúpulos en separar a potenciales genios del deporte de sus familias y entrenarlos apenas han dejado la cuna.

Evidentemente, Chile no las lleva de ganar con esta explicación. De acuerdo a nuestra enciclopedia favorita, Chile es el país número 60 en población, y número 54 en ingreso per cápita. Súmele a eso que, pese a la nostalgia de algunos, Chile tiene un gobierno democrático y que no tenemos ni la más mínima esperanza de ser anfitriones Olímpicos (que es un gastadero de plata, en todo caso). Y aunque me da una lata increíble sacar las ecuación del artículo original que cita Becker, es probable que la única medalla Chilena, que deja al país en el rango 58 de los 205 «Comités Olímpicos» – que no son exactamente países – que participan en las Olimpiadas no nos deje mucho de que quejarnos.

Así que, compatriotas míos, a alegrarse con el resultado, y para el futuro, pensar en varias de las soluciones: la más fácil, ya se vé, es reproducirse como si no hubiera mañana, para aumentar la oferta de deportistas. La otra, un poco más difícil, es trabajar como enfermos hasta que seamos millonarios.

Y la última – personalmente, mi segunda favorita – es no joderse mucho por contar las medallas Olímpicas, y en la mejor tradición deportiva, disfrutar los juegos. Y, como dijo el sabio, que gane el mas mejol.

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8 Comentarios »

  1. Me pongo de pie. Excelente post.
    .-

    simenon — 20 de agosto de 2008 @ 7:14 pm
  2. Notable post, faltaba que alguien le pusiera un poco de rigurosidad a esto de las medallas, rigurosidad que escasea en el periodismo deportivo.
    Me quedo con la opcion de reproducirse como si no hubiera mañana, y para eso propongo que adoptemos la poligamia y asi hacer nuestra tarea (la de los hombres) un poco mas facil.

    Saludos

    Hector — 21 de agosto de 2008 @ 12:31 am
  3. Un reflejo de nuestra condición de pobre país deportivo es que nadie ve el deporte (excepto el futbol) como un medio para salir de la pobreza, sino todo lo contrario: un medio para hacerse más pobre. El chico que hace deporte en la etapa escolar y se destaca por ello muy pronto se ve en la inevitable posición de tener que decidir entre seguir el deporte, el camino pobre, sacrificado, el pago de Chile, o seguir la Universidad, a través de una beca deportiva y lograr así ser el primer profesional de la familia. Y ahí es donde mueren los grandes talentos.

    PS: En defensa de González debo decir que su aparente falta de sentir si la pelota golpeó o no la raqueta es irrelevante, ya que se dió en un 0-0 para quedar 0-15 sobre Blake, es decir, en un punto que no era decisivo en la cuenta final.

    Carlos Riquelme — 21 de agosto de 2008 @ 8:34 am
  4. @simenon, @hector, gracias!

    @tocayo: que buen comentario. solo agregaría que – según entiendo – ni siquiera en fútbol la cosa es tan buena si uno no llega a jugar por uno de los equipos con más plata.

    Carlos — 21 de agosto de 2008 @ 1:57 pm
  5. Cuando nuestro país estuvo bajo un gobierno no-democrático (que parece que se te olvidó)…

    ¿tuvimos mejores resultados?

    Al margen de eso, creo que el principal problema es que no existe cultura del deporte. Nada más ni nada menos. En todo caso, buen comentario de carlos riquelme.

    PaBLoX — 21 de agosto de 2008 @ 2:12 pm
  6. @PabloX: no lo sé, aunque sospecho que no. Acuerdate que los «determinantes» primarios son ingreso per cápita y población. Ambos eran menores (mucho menor, en el primer caso), durante el gobierno militar. Y no recuerdo que a Pin8 le haya importado mucho el deporte, en todo caso.

    Saludos.

    Carlos — 21 de agosto de 2008 @ 2:21 pm
  7. Pero si los juegos fueran de tomar copete…
    Seriamos pais olimpico.. nada mas!!

    Luis Ramirez — 24 de agosto de 2008 @ 7:34 pm
  8. estoy buscando informacion de cuantos paises intervinieron en los juegos olimpicos y no puedo encontrar inf en niguna pag web!!
    me podrian ayudar mandemen un e-mail.

    SALUDOS.

    Tamara — 1 de septiembre de 2008 @ 1:17 pm

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