martes 20 de febrero, 2007

A Propósito de Nuestro Chile Pirata

Ya nos lo han dicho un par de veces: en Chile somos unos niños muy malos y estamos llenos de piratas. ¡Que vergüenza!

Por suerte, no todo el mundo vive en el mundo de fantasía del gobierno estadounidense y la IIPA. En un excelente artículo en la BBC, el profesor Michael Geist se refiere al informe de la IIPA y explica el abismo entre lo que el gobierno de EEUU (y su industria) y el resto del mundo consideran son protecciones adecuadas al derecho de autor:

… lo que llama la atención sobre el esfuerzo de la IIPA es que docenas de países – de hecho, la mayoría de las economías globales en el mundo desarrollado y en desarrollo – han sido criticados.

… en un típico ejemplo de «has lo que digo, no lo que hago», muchos países han sido criticados por leyes que son tremendamente similares a la ley Estadounidense. Por ejemplo, Israel is criticada por estar considerando una provisión de «uso legítimo» que es análoga a lo que existe en Estados Unidos.

Hay literalmente cientos de ejemplos similares, con países en Europa, Asia, Africa, América del Norte y del Sur siendo criticados por no adoptar la DMCA, por no extender los plazos de derechos de autor, por no enviar suficiente gente a la cárcel, o por crear demasiadas excepciones para apoyar a la educación y otros objetivos sociales.

Países que han sido criticados no deberían engañarse y pensar que sus leyes están fallando en cumplir algún estándar internacional, independiente de lo que digan los grupos de presión de EEUU.

En vez, esos países deberían saber que su forma de hacer las cosas – y el criticismo que inevitablemente les llega desde EEUU – los pone en muy buena compañia.

Nada que agregar.

~

2 Comentarios »

  1. […] A Propósito de Nuestro Chile Pirata […]

  2. No podría estar más de acuerdo y puedo agregar que me evoca las acotaciones de Mattelart en una de las últimas recopilaciones de Le Monde Diplomatique, donde distingue entre quienes promueven el acceso a la cultura, la diversidad y el conocimiento a través de las «sociedades del conocimiento», y quienes ven en las nuevas tecnologías sólo una oportunidad más de lucrar, en la comunicación un servicio comercial, en la información un bien transable y en la educación una mercancía, es decir, una «sociedad de la información».

    Oye, ¿y si los países hacen algo como tu artículo de la SGAE y se ponen todos en la «lista de observación»? XD

    Francotirador — 27 de febrero de 2007 @ 1:13 pm

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