viernes 13 de febrero, 2009

Editoriales vs. Noticias

En Revelaciones Chúcaras hay un artículo interesante sobre el futuro de las noticias, y este párrafo me llamó la atención:

Al final, la objetividad es un mono de paja inventado por gente que antes que comunicar, desea tener poder. La supuesta objetividad se conjuga en el lenguaje de los ambiciosos y megalómanos, esos que quieren bajo sus alas a la mayor cantidad de tontos incapaces de criticar o hacer una pregunta. Pero ese no es el futuro de los medios. La fórmula de hacer medios para las masas está agotada. Hoy los medios se levantan con actitud y una línea editorial sólida y convincente. Haz eso y los lectores llegarán solos (bueno, no solos, pero llegarán).

Como ejemplo de esta nueva etapa en la evolución de los medios, Rodrigo cuenta del caso de Newsweek, que hace poco cambió su estrategia de enfocarse en la publicación de opiniones y análisis y abandonar la publicación de noticias a secas. Sin querer comentar mucho la sabiduría de la movida ((Porque pasar de vender sandwiches a sushi puede ser buena idea si el sushi es más popular, pero tal vez no tanto si eres conocido por lo bueno que son tus sandwiches. La revista se llama NEWSweek, después de todo.)), creo que la celebración de la muerte de la «objetividad», que yo entiendo acá como la publicación de noticias sin opinión, es equivocada no solo porque dudo que pase, sino porque es algo que sería bastante dañino. Y hay varias razones para pensar esto.

Primero que nada, es totalmente cierto que el estrés financiero que esta viviendo la prensa tradicional es serio y real, y esto es independiente de la última crisis mundial. Sin embargo, esto no implica que el modelo de medio de publicación de noticias «objetivo» sea poco popular. De hecho, el New York Times tiene hoy un récord histórico de lectores. El problema no es el contenido, es como cobrar por él. Es decir, lo que el NYT necesita hacer no es cambiar a sus periodistas por opinólogos, es encontrar un modelo de negocios que les permita pagarles a esos periodistas.

Los detalles, por supuesto, son importantes. En estos días de sitios actualizados las 24 horas del días, con canales de TV dedicados exclusivamente a noticias, el modelo particular de Newsweek, de presentar noticias en forma semanal es probablemente obsoleto. Uno tendría que estar viviendo en una cueva para que Newsweek te informara el domingo que el lunes anterior se cayó un avión, o que Bachelet está en Cuba.

En segundo lugar, creo que despreciamos el valor del periodismo más tradicional, que aspira a ser objetivo, porque no hemos vivido en un mundo donde no existe, y porque en la realidad vemos que pocas publicaciones se toman esa aspiración en serio. Y eso no tiene nada que ver con editorializar, tiene que ver con tener una sólida muralla entre la opinión de los editores y las noticias e historias que investigan los periodistas. Quizás el ejemplo más dramático de esta separación es el Wall Street Journal, un diario que es famoso por dos cosas: los extraordinarios reportajes que les han ganado más de 30 Premios Pulitzer, y una página editorial extremadamente derechista donde los editores echan espuma por la boca defendiendo cosas en el más puro estilo del Libertad y Desarrollo.

La diferencia entre el WSJ y, digamos, nuestros criollos El Mercurio o La Tercera, es que la falta de esa muralla de separación entre la sala de noticias y la de los editores hace que nuestros poderosos diarios  sean una máquina de propaganda de cabo a rabo. Desde la selección de los titulares hasta a quién se entrevista, no queda ninguna duda de a que intereses están sirviendo. Y como dice Rodrigo, es mojigato que estos medios no expliciten sus lealtades, aunque no veo la necesidad de que El Mercurio apoyará publicamente para Presidente a cada candidato desde Pinochet a Piñera. No serían ellos si no lo hicieran.

Pero el valor de esta prensa (( cuando existe)),  que en su sección de noticias aspira a publicar lo que sea de interés público en forma que la historia se acerque más a los hechos, es difícil de minimizar. La falla imperdonable de la prensa norteamericana de no investigar apropiadamente las mentiras de Bush contribuyó no en menor parte a la injusta invasión de Irak, tal como nuestra prensa facilitó y contribuyó a los abusos de derechos humanos de Pinochet. Pero también es cierto que sin esa misma prensa no hubiéramos sabido de las prisiones secretas donde torturan los gringos, o finalmente revelar la profundidad esas mismas mentiras de Bush, y que hoy hayan esfuerzos chilenos más pequeños como CIPER o El Mostrador que quieren ser más independientes y menos ideológicos en la generación de noticias.

En resumen, no creo que el futuro de los medios es al que apunta Rodrigo, o al menos espero que no sea así. Es muy probable que existan demasiados medios (exceso de capacidad, diría un economista) usando el modelo más tradicional de periodismo, o usándolo equivocadamente en un mundo que se mueve más rápido y que está conectado permanentemente. Pero espero que los que sobrevivan sigan haciendo lo que hacen mejor: seguirle la pista y publicar historias que jamás habrían salido a la luz sin que hubiera habido alguien dedicado y profesional, y que informe los hechos como los entiende, que a menudo es más potente que todas las opiniones del mundo.

~

7 Comentarios »

  1. Augurar muertes suele ser una forma bastante cómoda de atraer lectores (yo mismo la he utilizado en algunas ocasiones), sin embargo no pasa de ser eso: un farol.

    Ya sabes cuántas veces han dicho que la radio iba a matar al diario, la TV a la radio, Internet a todos, las redes sociales a los blogs… interminable.

    Que la objetividad sea imposible de alcanzar en un 100% (el solo orden de las palabras puede modificar el sentido de un concepto) no quiere decir que la prensa informativa no deba aspirar a ella. Durante un tiempo yo también me vi tentado a menospreciarla, pero sin los datos duros que aporta no existiría la interpretación ni mucho menos la opinión sobre los hechos.

    Pensar que la objetividad debe desaparecer porque la gente está prendiendo con expresarse en blogs o columnas es un error garrafal. Y estoy de acuerdo contigo: yo tampoco compraría Newsweek para informarme de los hechos que ya vi en el noticiero, sino para conocer la interpretación de ellos que dan sus columnistas.

    ¡Oh! Y notable lo del desprecio al periodismo tradicional por «no vivir en un mundo donde no existe». Lo pienso cada vez que veo el canal de Hugo Chávez -Telesur- en el cable.

    Francotirador — 13 de febrero de 2009 @ 3:05 pm
  2. Carlos, te agradezco la discusión, pero quisiera hacer algunas precisiones.
    Yo no creo en la objetividad, desde el punto de vista que todos vemos las cosas desde nuestro punto de vista y condición. Los datos no son sólo eso, son interpretaciones siempre, los hechos los recibimos como los vemos, no como son. Por lo mismo, más que en la infructuosa búsqueda de una supuesta objetividad, prefiero pensar en la intersubjetividad y eso -creo- se conjuga perfectamente con mi idea de editorialización.

    Cuando hablo de editorializar, no hablo de transformar los medios derechamente en panfletos defensores de la causa que el medio decida apoyar. Por el contrario, la editorialización tiene que ver justamente con dejar de lado la objetividad como la veo y como la citas en el párrafo de arriba y alinearse con los principios del periodismo de verdad, el intersubjetivo, el que es capaz de poner las distintas visiones sobre la mesa y analizarlos bajo el especial prisma que inspira a un medio. De ahí que también rescate el trabajo que hacen CIPER y ElMostrador.

    No creo que con «periodismo tradicional» te estés refiriendo el simple ejercicio de repetición de notas reporteadas por periodistas en terreno. El periodismo no se agota en informar, sino en comunicar, ejercicio bastante más complejo que la simple entrega de datos. Se trata de establecer un vínculo con el receptor del mensaje y ahí es donde la línea editorial juega el rol que quiero resaltar.

    En todo caso, estoy de acuerdo en que el gran problema hoy (debido a la contingencia «no es el contenido, es como cobrar por él», sin embargo, me parece una buena oportunidad para analizar y replantearse cómo se hace periodismo hoy, al menos para que concluyamos que se está haciendo bien, si fuera el caso. Saludos.

    Rodrigo — 13 de febrero de 2009 @ 3:07 pm
  3. Cabezón.

    Montserrat Nicolas — 13 de febrero de 2009 @ 4:55 pm
  4. Rodrigo: Acabas de descubrir… la pólvora. Felicitaciones.

    Francotirador — 16 de febrero de 2009 @ 12:15 am
  5. Rodrigo: El tener una línea editorial no significa renunciar a la objetividad, me parece.

    Saludos.

    Carlos — 20 de febrero de 2009 @ 3:22 pm
  6. Holaa esOO NADAA kE VER!
    oseaaaaaaaaaaaaaa
    :D ammmmmmmmm,
    pGGGGGGGGG,!
    bAYYYYYYYYYYYYY?

    jajajaajaja kEONDA CON ESO?wtF?pFF — 25 de febrero de 2009 @ 9:18 pm
  7. […] El diablo en los detalles, una reflexión cargada de razón. Su comparación con diarios de Chile es extrapolable a muchas […]

Los contenidos de este blog están publicados bajo una licencia Creative Commons Atribución-Compartir-Igual. (c) 2005-2024 El Diablo en los Detalles | Usando WordPress y una versión modificada de Barecity.